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sábado, 26 de noviembre de 2016

¡Hasta la victoria siempre!

A lo Arias Navarro anunció Raúl Castro
el fallecimiento de su hermano Fidel, a los noventa años de edad

Que casi casi que se me asemejaba a Arias Navarro anunciando la muerte de Franco. Digo la intervención de Raúl Castro anunciando la muerte de su hermano Fidel, el de Cuba, que ha fallecido a los noventa años de edad, "hoy, veinticinco de noviembre del 2016, a las diez y veintinueve horas de la noche". Cumpliendo los deseos del dictador cubano, o si se prefiere del Comandante en jefe de la Revolución Cubana, sus restos serán "cremados". Una comisión creada a tal efecto organizará los actos de homenaje póstumo que le rendirán sus partidarios en la isla. ¡Hasta la victoria siempre!
Eso que se prevé planificará la comisión sí que será un homenaje, y no el minuto de silencio con el que se recordó en el Congreso de los Diputados -de España, por supuesto- a la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Para que se vayan enterando los podemitas de elBarredor Pablo Manuel. Hoy, por cierto, estarán compungidos por la muerte del dictador, que, desde que en el cincuenta y seis desembarcó cerca de la mítica Sierra Maestra y la toma, dos años después, de la ciudad de Santa Clara, por el Ché, se apoderó de Cuba, se hizo dueño y señor de la isla. También por cierto, todavía está por desentrañar la realidad de lo que le sucedió al Ché. Lo más probable es que Fidel se lo lleve con él, el secreto, y lo esparza con sus cenizas; quizás, algún día un bibliotecario descubra algún documento, por casualidad. Podría suceder.
Como no podía ser de otra manera, uno de los jefes de Estado que más ha sentido la muerte del dictador ha sido el otro dictador de por la región, vecino y amigo del alma, compañero del alma, para quien sin duda habrá sido tan temprano. Nicolás Maduro, el venezolano, como "revolucionario" anuncia que le corresponde a él seguir con el legado de Fidel. Porque Hugo Chávez y Fidel Castro dejaron abonado el camino "de la liberación de nuestros pueblos". Que así les va a ambos, es que digo yo. Y añado que ya pueden tomar nota los podemitas, que si lo dice elNico es que será verdad, y que nos la ofrezcan a nosotros, la liberación, que hasta ahí podíamos llegar. Faltaría más: todos con coleta -hasta los calvos, que se las arreglen como puedan-, "arremangaos" -hasta para saludar al Rey- y con la mochila a cuestas, vacía de ideas -eso sí, para comer comer, en el restaurante, y si es en Lugo, mejor que mejor-, ofendiendo por doquier, que el comunismo es así, y más, mucho más. 
Por el contrario, en el estado norteamericano de Florida, donde viven más de un millón y medio de cubanos exiliados, se armó anoche la Revolución. Junto al Café Versalles, mítico lugar de reunión del exilio cubano, cientos de cubanos se dieron cita portando banderas de su país, de Cuba. La Pequeña Habana, conocido barrio de Miami, era ayer Cuba, la libre, la que quieren y anhelan los millones de cubanos diseminados por todo el mundo y que no pueden regresar a su país y los cubanos de "endentro", a los que no se les deja decir ni pío.
Como tampoco podría ser de otra manera, por eso de la diplomacia, me parece a mí, el Gobierno español ha expresado su pésame por el óbito de Fidel al Gobierno cubano, es decir al hermanísimo Raúl Castro. En la nota de pésame el Gobierno español recuerda los lazos de sangre y cultura que siempre unieron al dictador con España, de los que parecen dignos herederos los de Pablo Manuel. Nos falta por ver ahora en España, quién propone el minuto de silencio, si se propone, en las Cortes, in memoriam por Castro, el muerto, y quiénes se salen de la sala y quiénes no. Ahí quedan abiertas las incógnitas: puede que lo haya y puede que nadie se salga. Y, una vez más: o sí, o puede que no.  

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