Pues ahora sí que
nos ha “jodío” el nuestro Rey. En
plena vorágine independista, va y se le antoja que quiere ampliar su nobleza,
la del número de nobles de su Corte
y reino. Lo descorazonador es que quiere otorgar los nuevos títulos a
catalanes, coño, cuando, por si no lo sabe Su
Majestad, hay otras partes de España
en las que, seguramente, también hay personal que se merezca un título
nobiliario; sin ir más lejos, al que suscribe nada le importaría ser destinatario
de alguno de ellos, aunque sólo fuera por ser un humilde súbdito.
Sería todo un
detalle el distinguir con tan preciado honor a un “donnadie”, en representación
de millones de “donnadies”, que pasarían a ser “álguienes” representados, ya
digo, por un “donnadie”. Por lo menos, podría esperarse el Monarca un poquito hasta ver cómo se
resuelve todo esto del Golpe de Estado,
que todavía nos duele –que lo tenemos en la retina- el que el nuestro Rey hiciera de chófer para el golpista Arturo Mas, no sé si por ver si
cambiaba de opinión el chorizo y se arrepentía de querer destronarlo en Cataluña y, a la vez, de quitarnos, porque
le da la gana, a los españoles todos un “trocico” de tierra que es nuestra, o por
probar en primicia el modelo del vehículo, que no digo que era un Mercedes por no hacer publicidad, y de
la de a gratis.
Como buen Borbón, Felipe VI no escarmienta. Sólo tiene que fijarse en la experiencia
de su papá, que también fue rey y Grande
de las Españas, aunque esto último
no es verdad, pero queda muy bien. Ahí lo tiene, que se fije bien, al conde de Godó, que le salió “bragao” a Juan Carlos I y sigue con los
calzoncillos rotos con don Felipe. Porque si hay alguien que lleva haciendo
daño a España, y por tanto a la Corona,
es él, el conde, dueño de La Vanguardia –antes,
Española-, que con sus continuas
manipulaciones informativas y sus mentiras y engaños se está forrando con un
panfleto de continua arenga para los secesionistas.
Su
Majestad sabrá
lo que hace. Sus asesores y él se equivocan si piensan que este movimiento
simbólico va a detener a los golpistas en su afán por arrebatarle un trozo de
corona, una parte de España. La nobleza a ellos les da igual, porque, ya, ve,
lo que quieren es instaurar la república independiente. Y, por el contrario,
ese gesto de Su Majestad puede sentar muy mal a los demás españoles que no
vivimos en Cataluña. No sé si se ve o no.
Hombre, que, ya aviso,
no es el momento más idóneo para jalear a la nobleza. No está el horno para
bollos. Que mire y atienda Su Majestad, que cómo lo verá laPesoé
que hasta ya da por bueno que se pueda aplicar en Cataluña el artículo 155 de
la Constitución. Se han dado cuenta
los de elPedroQué, tan remisos antes
a ello, que va a ser necesario. Seguro que los ha convencido de esa necesidad Margarita Robles, que saldría
escandalizada y temerosa después de compartir con tertulianos de lateuvesexta: un republicano como elTardá, loco de atar o, acaso, esclavo
de los vahos espirituosos; una indocumentada podemita, laMontero, que cabalga, en lo público y en lo privado, en la
contradicción continua; y un nacionalista vasco, que escupía odio y mostraba
sed de venganza, pero no, precisamente, contra los que enmarranaron la vida y
la convivencia en las provincias del norte, los terroristas etarras, junto a
los que su partido se manifiesta en favor de los golpistas catalanes. Anunciaba
el vasco, prácticamente, la intención de otro Golpe de Estado por parte de los
suyos.
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