Que no ha habido
referéndum es un hecho. Que ha habido una farsa, una patraña, por parte de los
golpistas, y además burda, también. Pero, igualmente, lo que ha habido hoy en Cataluña ha sido algo más de lo que nos
esperábamos, porque así nos ilusionó el Gobierno
de elPresiRajoy. Pensamos, como se
nos dijo, que el Gobierno de España
tenía previsto todos los supuestos. Sin embargo, la improvisación fue
manifiesta.
No se entiende, si
es que todos lo sabíamos, que el Gobierno y los tribunales se fiaran de la actitud
y de la aptitud de los mocetes de laInvencible.
Estos eran los encargados de poner el tranco a los colegios electorales, o más
bien en los puntos de encuentro para votar. Sólo le faltó a los agentes
catalanes sentarse con los farsantes a tomar el carajillo de la mañana, aunque
algunos sí que se abrazaron a ellos, parlamentaron alegremente, recibieron
claveles y aplausos, se emocionaron y rellenaron unas actas, con las que
justificaban el trabajo bien hecho.
La Guardia Civil y la Policía Nacional supieron gestionar, sin embargo, sus tiempos y sus
actuaciones, pese a todo. Cualquiera que trate de censurarles sus
intervenciones se equivoca. Cumplían con su obligación y de manera profesional,
lo que, ni por asomo, hicieron los cobardes y desleales mocetes de
laInvencible.
ElRajoy prometió
anoche comisiones, o algo así, para el diálogo y búsqueda de acuerdos. El pesoísta
elPedroQué se nos presentó como si fuera ya, tal cual, el nuevo presidente del
Gobierno de España, perdonando vidas, ratificándose en el apoyo al Estado de Derecho, pero así en el del
Gobierno, mientras que el ciudadano elRivera
también brindó su apoyo al Estado de Derecho y pronosticó –y no lo dudó- que el
gobierno de la Generalidad iba a declarar, sin duda en breves, la República de Cataluña, y pidió
elecciones.
ElRajoy le echó
toda la culpa de lo sucedido a elPuigidemón
–el hijo del pastelero y futuro presidente de su república-. elPedroQué a
elRajoy y elPuigidemón y elRivera además de a elPugidemón a no se sabe a quién
más. Pero, lo cierto, y parece que no se han dado cuenta todavía, que el que ha
vencido a todos los demócrata de este país, a toda una nación, a todo un
aparato del Estado ha sido el Mayor
de los mocetes, un charnego, José Luis
Trapero. Este chulo agente estrella, que tendría que estar en la cárcel, o
al menos cesado en sus funciones desde los atentados terroristas del 17A. Otro desleal que juró o prometió
la Constitución para poder llegar a
donde ha llegado.
Pero, tampoco se
nos oculta que ha habido otra gran deslealtad, y ha sido la de laPesoé, a través de elBailón Izeta, cuando alrededor de
media mañana daba a entender que los pesoístas no apoyaban al Gobierno. Eso dio
nuevos bríos a los independentistas y provocó disturbios, si cabe, más violentos.
Por la noche elPedroQué declaraba sentir vergüenza de las “cargas” policiales.
Claro, no enteniende este hombre de Estado que estaban allí las Fuerzas de Seguridad del Estado para que les zurraran, para que el carroñero
podemita elPedroManué se emocionara
al ver cómo les pegaban a los agentes leales al Estado, a la Constitución. Si
algún día llega a tomar las riendas del poder –que nos cojan confesados- dirá,
como Alfonso Guerra en su momento, que ha descubierto a la Guardia Civil. Eso
ha sido un golpe bajo.
La tercera
deslealtad, pero que no es de ahora, es la de los obispos catalanes y los de la
Conferencia Episcopal Española.
¡Para qué incidir más! Dios los ve
desde el cielo, desde donde escribe recto con los renglones torcidos. Es muy
probable que monseñor Blázquez se marque hoy con los cilicios.
Vendrán días
aciagos y convulsos. Mientras tanto, no haría de más en dar un paso al lado el secesionista Piqué, que tras insultar al presidente
del Gobierno de España, dice que está dispuesto a dimitir de la selección.
Hombre, que tenga por seguro que muchos se emocionarían, pero de verdad al
verlo marchar, no como él, teatralizando su “pena”. Pero, no tiene huevos para
dimitir, para renunciar al dinero que se lleva por cada partido, y van unos
cuantos.
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