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jueves, 7 de diciembre de 2017

Además de golpistas, faltones

Ya se necesita tener cara dura para ir a la casa del que le brinda acogimiento e insultarlo. Este es elPuchi -no podía ser otro-, y sus adláteres, todos aquellos que viven del régimen independentista; es como un Movimiento, pero del siglo veintiuno. Se llegan hasta el corazón de la Unión Europea para insultar a todos sus dirigentes y, por ende, a todos los europeos. Se creen los salvadores del mundo, cuando, verdaderamente, son integrantes de una "organización criminal", que acecha y acosa a todo el que no está de acuerdo con sus villanías.

Por eso, sólo cabe una respuesta a elPuchi, cuando preguntaba a las autoridades si pensaban que los manifestantes en Bruselas acudían allí para apoyar a delincuentes. En efecto, allí han acudido los independentistas que han hecho de esa causa una profesión, que viven de ella, porque saben que si cae el régimen del terror de los golpistas caerán ellos también y se tendrán que ganar la vida trabajando, como los demás. Ya digo, acudieron en apoyo de delincuentes.
Menos mal que, como dicen por ahí, la belga no es la urbana de Barcelona. La cifra de manifestantes la eleva la policía de Bruselas a cuarenta y cinco mil; en dos millones estaría el cálculo de la  de laPescadera. Pero, entre todos estos manifestantes no hay que olvidar -más bien tener en cuenta- estaban los de la extrema derecha holandesa y los no menos extremistas belgas. Estos también andan, como los golpistas catalanes, con ganas de armarla, así que sin pensárselo dos veces incrementaron el bulto de la manifestación de los secesionistas procedentes de la región española de Cataluña.
Cierto que han sido muchos los independentistas que se han trasladado a Bruselas en apoyo del delincuente elPuchi. Pero, a fuer de repetir, que les quede claro que todos sabemos que son los pesebreros, los paniaguados y, peor, los fanáticos. Como bien ha dicho laViceSoraya, si pudieron estar ahí ha sido gracias a que tienen un DNI español, que los identifica como ciudadanos de España y, por tanto, europeos.
Punto en boca: vean si tiene importancia el tener una documentación del Estado español que el exconsejero de Presidencia de la Generalidad, Turull, ha intentado renovar su pasaporte en una comisaría de Barcelona, cuando el juez Llerena le impuso su entrega y le prohibió salir de España. Pero, como siempre, estos a su bola. Fin del punto en boca.
Y, miren, a nadie le amarga un viaje gratis -porque esa es otra, lo de los dineros del masivo traslado, de dónde salen- para ver al niño meón y tomarse unos mejillones con patatas fritas en las tabernas de la Gran Plaza, y, si a mal no viene, organizar bronca en la fila, como manda la tradición, que es lo que presta por aquellos lares. Por otra parte, y una vez cumplido el trámite reivindicativo, es una manera de salir, aunque sea por un día, de la agobiante presión y opresión a la que les someten de manera constante sus jefes. Mañana será otro día.
El lado positivo -y vayan tomando nota los vecinos- es que ha podido ver "in situ" toda Europa el desparpajo, la cara dura y la sinvergüencería de esta gente, que desde casa ajena insultan a los de dentro y a los de fuera, apoyados de manera incondicional por los extremistas. ¡Menuda pesadilla para las autoridades belgas la presencia allí de elPuchi! Ya lo dijimos el mismo día en que el golpista huyó con el rabo entre la piernas de la Justicia española: este les destroza el país. Camino lleva, que ahora parece que se va a afincar allí. Que con su pan se lo coman, y por mucho tiempo.
Esta manifestación golpista ha de servir también como revulsivo para que esa mayoría silenciosa catalana, o silenciada, salga en tromba a la calle, como ya ha hecho en las manifestaciones, pero, en esta ocasión, a votar contra la dictadura de los golpistas. No pueden fallar; luego, no se podrán quejar.

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