El director de Tráfico, erre que erre

Todavía no se han dejado de oír los ecos de las voces de los atrapados por la nevada en la AP6 y nos llegan las estupideces del director general de Tráfico, Gregorio Serrano, que se regodea o se cachondea de los que lo critican por su actitud prepotente por haber culpado a más de siete mil personas de haber tenido que padecer más de quince horas de infierno, el día de Reyes, una noche de pesadilla. Se trata de otra "chulería" más de elSerrano, hispalense, que no de Huelva, que de aquí suelen ser los mejores de cebo y bellota, mejor, de la sierra de Aracena.

En un primer momento, el director de Tráfico culpó de todo lo ocurrido esa noche a los propios conductores, por salir a la carretera cuando sabían que iba a haber nevadas. Sólo le faltó hacer como al pesoísta Alfonso Guerra -en su día vicepresidente oyente del Gobierno de González-, cuando también culpaba a los conductores por salir de vacaciones a la buena de Dios; eso no podía ser, coño, que se armaban grandes atascos y a él no le quedaba más remedio que viajar en avioneta.
Al director de Tráfico, a elSerrano, no le tocó volar, porque estaba en Sevilla con su familia y en la capital andaluza también funciona interné. Ese ha sido su último tuit, un poco "chulín" y altanero, que no sé yo si no tendrá que volver a pedir disculpas, como tuvo que hacer con el primero en el que culpaba de todo a los conductores. Mejor se había "quedao" callado, que bastante la lió ese día, y si no por él por su partido, que acumula una tras otra. Ya le quedará tiempo para explicarse en el Parlamento, con un guión consistente y bien armado, que falta le hace.
Afirman quienes lo conocen que elSerrano es un tipo infatigable en el trabajo, pero duro en sus decisiones y que como concejal de Zoido en el ayuntamiento de Sevilla, tuvo que tomar decisiones comprometidas, evitando que fuera el ahora ministro de los Interiores el que cargara con ellas. Quizá por eso Zoido lo elevó a las alturas de la Dirección General de Tráfico, tras un viaje que ambos, con sus respectivas esposas, se permitieron de a gratis, y a saber  por qué, en el buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián El Cano.
Mejor se dedicaba el sevillano a la elaboración de un protocolo que evitara en el futuro el caos que se produjo en la AP6 o, al menos, que lo paliara en lo posible, y, sobre todo, a buscar las fórmulas que eviten tanto accidente de carretera, donde el año 2017 han fallecido mil doscientas personas, más de cien más que el año anterior. Esa nueva ley de Tráfico que ha anunciado elSerrano, que podría entrar en vigor en febrero en evitación de tanta muerte en el asfalto, con la reforma de los exámenes de conducir y la revisión del carné de puntos, entre otros aspectos, no deberá demorarse más allá de la fecha prevista.
Ahora bien, también será necesario que las carreteras estén preparadas para acoger la circulación del parque automovilístico, con un buen firme -mantenimiento-, eliminando los puntos negros de las mismas y una correcta señalización que no lleve a los conductores a la equivocación, que, en muchas ocasiones, son causa de accidentes. Y, por supuesto, ya digo, unos nuevos protocolos que impidan la repetición de lo sucedido en la AP6, unos protocolos que si hace falta se puedan manejar desde Sevilla, estando con la familia, o desde el palco del Betis, viendo el fútbol.