Algo parece que se está moviendo en laPepé. Parece. Porque el que puede
estar meneando la perdiz es otro gallego, que ni se sabe si sube o baja, o
cuánto lleva subiéndose o bajándose. El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que si bien está limpio de toda
culpa, de la de la Gürtel y otras,
no deja de tener pendiente la espada de Damocles,
por lo que son, o fueron, sus amistades peligrosas. Todavía se recuerdan, y si
esto va para adelante se lo restregarán hasta la saciedad, sus momentos de
asueto, fotografiados, en embarcaciones de recreo por las costas gallegas.
Ahora bien, pelillos a la mar, que aquello quedó aclarado, y bien aclarado.
Bueno que eso, que como está el patio no puede seguir
así, y los de laPepé del mando están
hundidos en la miseria de la política tras la sentencia de la Gürtel y sus militantes poco menos que
con la moral por el suelo, mientras las encuestas no sólo destronan al partido
sino que lo destrozan. Es ahora cuando las luces rojas se encienden cuando una
parte laPepé busca un líder emergente, un “super” que evite la quiebra, el
resquebrajamiento de un partido sin rumbo, el que laPepé pase a “mejor vida” y
se convierta en historia ya pasada.
Para eso está ahí, llegó ya, Núñez Feijóo, para sacar
al partido del caos, para evitar un cáotico fin del partido. Parece ser –ya digo
que no debemos olvidarnos de que el “tunante” es de Compostela- ya ha iniciado la partida, los movimientos para
atraerse los apoyos, para apartar de los órganos del Gobierno pepero a los “marianistas”.
El primero sería, de manera incondicional, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y el presidente
del partido en esa comunidad, Alfonso
Fernández Mañueco.
El presidente castellanoleonés, que no se presentará a
más reelecciones, le tiene ganas a elPresiRajoy.
Aunque sin ánimo de molestar, Herrera
ha sido una de las pocas voces discordantes contra Rajoy; hasta se atrevió a decirle, tras unas elecciones generales,
que era hora de que se mirara al espejo. ¡Jopé, algo es algo! La cúpula pepera
de Castilla y León tampoco hace muy
buenas migas con el número tres de cúpula nacional, el zamorano Martínez Maíllo. Así que
enfrentamiento, a pecho descubierto.
También podría prestar su apoyo a Feijóo el líder de
laPepé en el País Vasco, Alfonso Alonso, a quien elPresiRajoy
tendió puente de plata y alejó de los órganos de decisión en la capital del
reino. Otro tanto le sucede a los peperos andaluces, abandonados a su suerte
por la cúpula central pepera; incluso su líder en la región andaluza, Alfonso Moreno, ha sido puesto en
solfa, por los jefes, a los que hizo el favor de tomar las riendas de laPepé
andaluza en sus peores momentos; vamos, que lo eligieron a traición -porque no
encontraban a otro mejor para su gusto- para, a renglón seguido, poco menos que
vituperarlo.
Llegado es el momento de la venganza de esta facción
de laPepé, que quiere desvincularse de las gúrteles, de los bárcenas y de lo
que pueda venir o de lo que ya pasó, como el reciente “escandalazo” de la
expresidenta de la comunidad madrileña, Cristina
Cifuentes, o el que puede serlo también de Pablo Casado o del propio Maíllo
con Caja España. Ahora bien, lo que
tiene de retraso esta facción pepera es la unión, no es un grupo homogéneo. Por
eso, o se mueven con rapidez y bien o los destrozarán igualmente los del grupo
de elPresyRajoy: Soraya Sáenz de
Santamaría, la ministra de los Ejércitos,
Maíllo y el propio presidente del
partido, que, aunque tocado –no es la primera vez- nunca “muere”.
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