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jueves, 28 de junio de 2018

La deuda de Sánchez, un agujero sin fondo

Al ministro de los Exteriores. José Borrell, no le ha quedado más remedio que reconocer que la actuación del embajador español en "Guasinton", el pepero Morenés, fue la adecuada frente al prohombre de "cromañón" elQuinito catalán. No se ha pronunciado sobre el altercado, sin embargo, el presiente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Después de que el presidente catalán pusiera al país de todos, España, a caer de un burro en un acto público en un lugar muy cercano a la Casa Blanca, Sánchez se pone de lado y mantiene la entrevista con el energúmeno para el nueve de julio.
Para una vez que un pepero -representante, de momento, de nuestro país en la capital estadounidense- se arremanga y le canta en público las cuarenta al nazi xenófobo, elPresi de España no lo apoya. Pues, vale. Porque eso ya no es cuestión de partido, lo es de sentido común y, por qué no, de obligación por el cargo que ocupa, aunque accediera a él como accedió- y a quien representa: es el presidente de España y de todos los españoles. ¡O es que no se ha enterado todavía, o no se lo cree!
Parece que no, que no se ha enterado. Sigue los pasos de su admirado elCetapé, que le dio a los nacionalistas golpistas catalanes -y a los vascos, también- mucho más de lo que le pedían; pero, mucho más, sin tan siquiera consultar -a espaldas o a traición- con el presidente entonces de la Generalidad, el socialista Maragall, su compañero de partido. Este se enteró por la prensa de que laPesoé apoyaría todo lo que aprobara el Parlamento catalán. Aunque este no es el caso exactamente, porque aquí lo que cuenta es la opinión y la presión que le mete a Sánchez el fraile Bailón, a este no se la pega.
Iceta estará frotándose las manos, porque puede que pronto su amigos los golpistas puedan ser indultados. Sólo basta recordar que, prácticamente, no había iniciado Llarena la instrucción del proceso -que no la gilipollez esa del "procés"- y ya estaba elBailón pidiendo clemencia por los golpistas, el indulto para ellos, y eso que gobernaban los peperos en el país. Así que es de suponer lo que se nos avecina, cuando en este momento los que gobiernan son los suyos, laPesoé de elPedroQué?
La maquinaria se ha puesto en marcha. Ya el Gobierno se ha apresurado a preguntarle al juez instructor Llarena si necesita para algo a los presos encarcelados, porque, de no ser así, ya les está buscando ubicación -o ya se la tiene- en cárceles de Cataluña. Llarena ya ha contestado que no, pero que a él no lo metan en el "fregao" del traslado, que eso es cosa y decisión última del Gobierno de España, que peche con su responsabilidad.
Es decir, los golpistas o los políticos delincuentes encarcelados -de los que el hombre de "cromañon" va diciendo por el mundo que son "presos políticos"- emprenderán en breves el viaje, sin retorno, a la libertad. Van a ingresar en cárceles sobre las que gobierna el nazi-xenófobo. De buenas a primeras veremos cómo estos, los reclusos, disfrutarán de todo lo que no podrán disfrutar los demás, de privilegios increíbles, insospechados; hasta el propio elPuchi les va a tener envidia. Todo por obra y gracia del nuevo presidente de España, Sánchez, que desde la calle llegó y arrasó en el Parlamento español -¡pero de qué maneras y con qué aliados!- y se "zumbó" al Gobierno del vengativo Rajoy.

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