Si de batir “recores” se trata, elPresiSánchez va por buen camino. Si el primer ministro de Educación apenas le duró seis días, por
lo que, dentro de lo malo, Máximo –como
el de mi pueblo- podía presumir de récor, la recién nombrada delegada del Gobierno en Extremadura no ha durado ni cincuenta minutos. Belén Fernández se quedó con las ganas de más, porque era la
destinataria del cargo, con la labor de seguir de cerca y, su hacía al caso,
tumbar a Guillermo Fernández Vara,
barón socialista de los peligrosos para Sánchez.
Pero, Belén sólo se quedó en eso, en el camino hacia la gloria en su región.
¡Con ésa se la iban a dar a Vara! No se ha enterado todavía el presidente, que ha pecado de
bisoño, que más sabe el diablo por viejo que por diablo. No le hizo falta ni
tiempo al barón para destapar la corruptela de la aspirante. Esta tal Belén colocó
a su marido, una vez recién casados, en una empresa pública, Giesvesa, ahora cerrada por dar en
quiebra, cuando estaba saturada de “enchufados” socialistas.
O sea que otra que se la pegó a elPresiSánchez. El
caso es que la agencia EFE dio el
nombramiento de Belén como delegada gubernativa en Extremadura. En tan sólo cincuenta minutos el nombramiento recayó
en otra persona, Yolanda García Seco,
gracias al “plante” de Fernández Vara, que coñe, y dicho sea de paso, si sabía
lo que sucedía en Giesvesa con los enchufes promovidos por Belén, también lo
podía haber denunciado en su momento, con lo que habría hecho un gran favor a
la sociedad extremeña, en particular. ¡Que es que aquí somos todos “mu” listos!
Tanto, tanto como la nueva delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera. Ésta, vayámonos fijando por dónde van las
apetencias de Sánchez, cuando fue en 2013 diputada en el Congreso de los Diputados –no de los Diputados y Diputadas-
apoyó la celebración de un referéndum de
separación de Cataluña de España, rompiendo la disciplina de voto
y la postura oficial de laPesoé al
respecto. Pero no fue la única, porque, como ya se sabe, la nueva ministra de
Sánchez encargada de las relaciones con Cataluña,
la supremacista Maricheli, la que
murió Dios por ella, hizo lo propia.
Así que ya vemos la avanzadilla de lo que se nos viene encima. Malo, malvado y
traidor era elMillo. Pero, con estas
dos, por ejemplo, agarrémonos que qué curvas vienen.
Porque ahora ya está también en la cantinela –la pomada
que dicen ahora- la ministra de la Defensa,
Margarita Robles, mostrándose
partidaria del traslados a cárceles catalanas de los políticos golpistas presos,
como ya se ha mostrado también el de Justicia,
Marlaska. Y están utilizando los de
Sánchez las técnicas puramente comunistas de la repetición para hacer creer al
personal una cosa que no es cierta paro hacerla verdadera de tanto repetirlo.
Si es que el juez Llarena ya se lo
ha dicho a su “colegui”, y que lo escuche todo el que tenga oídos: la decisión
del traslado corresponde a Instituciones
Penitenciarias, por tanto al Gobierno. Lo que sucede es que elPresiSánchez
quiere salvar su responsabilidad política –y si se quiere la traición-
arrojando a los caballos al juez Llarena. La responsabilidad es suya, y sólo
suya, de elPedroQué?
Como es suya el reunirse a escondidas –luego lo sabemos
todos, pero es igual- con el líder podemita, elPabloManué, cuando las huestes de éste participan en
manifestaciones como la de Alsasua, a
favor de los delincuentes proetarras, que apalearon a dos guardias civiles y a
sus dos acompañantes, hasta tal punto que, a poco más, los matan. Son
promotores del odio, como el Gobierno de Navarra,
allí también presente.
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