Amenaza golpista de Urcuyu

Son malos estos canallas separatistas. Aunque hay que reconocerles que saben aprovecharse de lo que pueden disponer, de las redes sociales. Los mentecatos están dale que dale a través de esas redes machacando, insistiendo en que el que atacó a un policía nacional de manera cobarde, a traición, tras la manifestación de Jusapol en Barcelona era un infiltrado. Ni más ni menos que otro policía para quedar en evidencia a los cuperos y a sus cachorros los de Arran. Las propias redes los han descubierto: fue un "arranero" el que agredió al agente de una manera vil y cobarde y traicionera.

Así son ellos. Les da igual. Ellos insistirán hasta la saciedad en que fue un agente "infiltrado" y, para no parar en barras, que no fueron ellos los que atacaron a los sus mozos de la Escuadra, los que rompieron el cordón policial, buscando el cuerpo a cuerpo con los policías y guardias civiles que se manifestaban. Es más, han calificado de provocación esta manifestación, porque se piensan que las calles son sólo suyas y son los únicos que tienen derecho a manifestarse. ¡Serán cretinos!

No aconteció algo más grave, porque no. Pese a la actuación de los mocetes de la Escuadra, estos miserables insistían en el ataque, en la guerra, en buscar un muerto. Ahora acusan a los mocetes, a los que antes alababan, de actuar con violencia contra ellos, casi con tanta virulencia o más que la que le achacaban a los agentes "españoles" el día del UnoaCero. 

Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Llevan un año mostrando la "violencia salvaje" de la policía española en el día del referéndum ilegal. Ahora los cuperos, miserables cobardes- son los que reprochan al gobierno de la Generalidad, y en concreto a su consejero de Interior, Busch, las acciones de violencia de los de la Escuadra, mientras que Busch defiende a su policía y les pregunta si apoyan la violencia, pero no les recrimina el uso de la misma. Estos son los demócratas y pacíficos -los unos y los otros-, a los que las cámaras han pillado in fraganti, como a unos verdaderos, ya digo, salvajes.

Durante un año se han regodeado mostrando al mundo las cargas de la Policía Nacional y Guardia Civil -por cierto totalmente legales-, manipulando muchas de ellas y exagerando el número de heridos. Falsean los datos, mintiendo, que es lo suyo. Si tuviéramos un Gobierno en España, que tuviera lo que hay que tener, esas imágenes del sábado con el ataque de los vándalos a la policía autonómica y a la que se manifestaba de paisano y las cargas de los mocetes sería la evidencia para mostrar al mundo quiénes son realmente esos fulanos. No lo tenemos con Sánchez, hipotecado con los propios golpistas e independentistas, ni lo tuvimos con Rajoy, ni su niña, laSorayita.

No se piense Sánchez que todo va a quedar ahí. No. Cuando regrese de sus "extensas" vacaciones se va a encontrar con la realidad. Muy dura, por cierto. Entre lo de que falta por resolver lo de su tesis, lo del puesto de la su Begoñita en el Instituto de Empresa, los follones que le tienen armados algunos ministros, las puyas que le está metiendo su socio el podemita elPabloManué y Franco, que lo espera, lo lleva clarito.

Por si fuera poco, los vascos de Urcuyu y los de laPeneuve -que siempre traicionan- ya se la tienen liada. Han comenzado a exigirle que cumpla sus compromisos, de los cuales desconocemos muchos, y le han advertido de que se están cansando de esperar. Para que no le coja de sorpresa, los independentistas vascos, los de Urcuyu -junto con los etarras de HB-Bildu- le ha espetado que las provincias del norte aspiran a ser "el pueblo vasco de Europa". Casi "ná". Todo ello aderezado de una exigencia de puesta en libertad de los golpistas catalanes, teniendo como testigo un churro gigante como los que el nazi de la Generalidad se coloca en la pechera, como el que lució durante su visita a La Moncloa. Los de laPeneuve siempre traicionan, que no diga Sánchez que no estaba advertido.