El ministro Ávalos insulta

De verdad, su madre, de la que se han acordado cientos, miles de personas, no tuvo la culpa de parir semejante engendro. Si es que si se fijan bien, el ministro de Fomento y secretario de Organización de laPesoé, el denominado Juan Luis Ábalos -mismo apellido fonético que el del escultor de la imaginería de la base de la cruz de El Valle de los caídos- tiene cara de torta, de las del pan. Hasta dan ganas de donarle un óbolo. Desde luego, oigan, un Gobierno no pudo caer más bajo teniendo como miembro a este esperpento y, por supuesto, tampoco él pudo llegar a soñar en llegar tan alto. Pero, bueno, ya saben lo que le sucede a torres más altas.

No se le ocurre al pavo otra cosa que calificar a los catalanes que se sienten españoles, y abandonados a su suerte por el gobierno de elPresiSánchez -también lo fueron por el exPresiRajoy- y que retiran la marrana-da de los lazos amarrillos, que considerarlos, ya digo, "gorrillas", algo así como si a los "gorrillas" se les ocurre hacer de aparcadores de coches; bueno, más que calificativo se puede aseverar que es un verdadero insulto en el contexto de la crisis catalana, de la rebelión de los golpistas, apoyados por los independentistas, en su mayoría paniaguados. Tal como lo plantea el bicho, nada tiene que ver la velocidad con el tocino.

Si alguien pensaba que ya no cabían más gilipollas en este país, se equivocó de tomo y lomo. Ahora viene el ministro -al que le tocará recular, como es lo habitual entre los miembros de este Gobierno- y abronca a los "gorrillas", porque dice taxativamente  que se atribuyen unas funciones que sólo le corresponde a la Administración. ¡A cuál de ellas, coño! Que actúe ya de una puñetera vez esa Administración, que si es la suya a la que se refiere, se está luciendo.

¡Y quién es él para decir, más bien prohibir. que la gente quiete esa "marrana-da" de las calles, de los lugares públicos que son de todos! ¡Amos anda, ministro! Y acusa a los "gorrillas" de sembrar la discordia. ¡A este le han sentado mal las vacaciones! ¡Está "insolao"! Vamos, que los "gorrillas" se están tomando "la ley por su mano". De los indeseables que los colocan sólo le falta subirlos a los altares. ¡Hombre de dios, pero si ha sido la propia "fiscala" general del Estado, la nombrada por su Gobierno, la que ha tenido que salir en defensa de los que él insulta y califica de "gorrillas". La fiscala ha dicho, que no entera el ministro, que tan legal es colocarlos como retirarlos. En verdad, aberrante, impresentable elÁvalos.
Tendrá elÁvalos que recular y pedir disculpas, anticipo, como lo ha tenido que hacer ya -una vez más- el ministro de Interior, Marlaska, con la circular que remitió a la Guardia Civil. Sí, sí, a lo más puro estilo comunista, ordenaba que los guardias no se hicieran tatuajes que pudieran verse y cómo cortarse el pelo. Y esto a estas alturas. ¡Ay Marlaska, todo lo suyo era apariencia!

Casi tanto como la zamorana presidenta de las Cortes. ¡Pero, qué hemos hecho para tener esto! La segunda autoridad del Estado, por detrás el presidente del Gobierno -obviando, claro está, a Su Majestad el Rey- se ha permitido -osado, más bien- invitar al nazi de la Generalidad a que explique su proyecto golpista en el Parlamento. ¡Otra que está insolada!
Resulta que los de su partido, ahora dirigido por Pablo Casado, ponen a parir a elPresiSánchez por recibir al secesionista en La Moncloa, y es ella la que en este momento invita al hombre de cromañón -el que insulta y ofende y amenaza a España y a los españoles un día sí y otros también- a la Casa "sacrosanta" de todos los españoles. ¡Sacrilegio, señora presidenta de las Cortes! Este no es el fatuo expresidente vasco Ibarreche ni las situación ni las circunstancias tienen parangón. A no ser que la presidenta de las Cortes haya pactado la invitación con el presidente del Gobierno, elPedroQué, lo que sería grave o que sea un acuerdo al que hayan llegado Sánchez y  Casado y Ana Pastor esté haciendo de intermediaria, lo cual sería algo más que terrible. Con el enemigo ni agua, y esta tarde lo ha demostrado, por si alguien lo tenía todavía en duda, que lo es.