Calamaro y la Cataluña española

¡Qué! Nada ¡Que qué dice ahora Sánchez de los sus amigos los indepes! Nada. ¡Qué le importa un bledo! Jéjé, se lava las manos como como Pilatos, elPoncio. Si tienen que flagelar a fray Bailón, elIzeta, que me lo flagelen y si tiene que negarlo tres veces, tal cual un Pedro el pescador, lo niega tres y cinco, si hace falta, antes de que cante el gallo y siempre que el ave -¡vaya ave!- no moleste al vecindario al amanecer. Por tanto, elBailón se queda sin el sillón de presidente del Senado, gracias -y dando gracias- a los indepes, todos juntos, a la vez. Eso se le ofrece a Sánchez.

O más bien, qué les va a dar a cambio Sánchez para que los indepes se bajen del guindo y no se frustre su elección como presidente. ¡Ya veremos, ya veremos! Vaya tomando ejemplo Sánchez. Donde las dan las toman, o mejor: donde las dan, cría cuervos, que te sacarán los ojos. Tanto ha abierto la mano Sánchez que ya no es lo que les va a dar a los golpistas, sino que qué será los que estos le exijan; ya no es tiempo de pedir, es llegado el de exigirle, todavía más.

Lo de los indultos ahí está sobre la mesa, y la pelota en el tejado. La negociación de Estado a Estado, con "controladores" externos también, tanto o más que una buena dosis de cal -no como la de los GAL-, sino de la de blanquear a chorizos delincuentes, golpistas, guerra civilistas, nazis y xenófobos, profesionales del odio. O sea, escribir una nueva Historia, que no conoce ningún historiador, una historia a la carta, en la que figure que "España nos roba" y que existen presos políticos y políticos exiliados de la madre que los parió.

Así y todo, lo más gordo, fray Bailón se quedará sin salir del pueblo, continuará rodeado de paletos y de analfabetos funcionales. Por algo quería él vivir, aunque fuera una temporadica, en la capital de Reino. Habría significado para él como una bocanada de aire fresco. Así, malo malo, continuará respirando aire contaminado de frustración, odio y ánimo de venganza. Fray Bailón y su abad Sánchez se lo han trabajado bien. Ahora que recojan las tempestades.

Valientes, desde luego, no han sido; pero, ni un pelo. Podrían aprender, aunque sea un poquito, de Andrés Calamaro. Le echó el tipo un par, en su actuación ante el público del Liceo de Barcelona. Le resultó muy fácil decirlo, pero, leche, hay que decirlo: "Yo amo a Cataluña... Amo a Cataluña española". Evidentemente llovieron loas aplausos y también los silbidos, como podía haber llovido cualquier cosa, pero que no cayó, porque los indepes no se esperaban estas palabras del cantante argentino.

Afortunadamente, de entre los "infiltrados" de aquel país, llegó una buena pieza. Porque hartos estamos ya de aguantar las imbecilidades del podemita Echenique y del primer teniente de alcalde podemita independentista del ayuntamiento de Barcelona, Pisarello, ambos dos argentinos, que en cuanto pueden ofenden a España y a los españoles, y ya aburren. Por suerte ya digo, Calamaro no le doró la píldora a los golpistas: reivindicó España, ridiculizando al actor Vigo Mortensen, ese que casi revienta a un caballo, y nos llama fascistas a los españoles, para defender a los golpistas. El actor norteamericano, que se sepa, pasó su infancia en Argentina y Venezuela, por eso tiene la gran suerte de hablar Español con fluidez, aunque dice muchas tonterías.