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sábado, 11 de mayo de 2019

Lo de Fuenteovejuna fue muy bonito, entonces

En la semana que viene nos enteraremos de si el Tribunal que juzga a los golpistas catalanes decidirá suspender el juicio y si concederá la libertad a los presos que han obtenido silla de diputados o senadores. Todo parece indicar que el Tribunal del Supremo, que preside el magistrado Manuel Marchena no va a conceder ni lo uno lo otro. Es decir el juicio continuará sus sesiones de manera normal y los procesados continuarán en prisión; tampoco pedirá a las Cortes un suplicatorio para seguir juzgando a los reos, ya que estos estaban encausados antes de que fueran elegidos.
Lo que sí parece probable es que el Tribunal informe a las Cortes de la situación de los juzgados y que les conceda a estos permiso para que puedan recoger sus actas y juren o prometan respetar la Constitución. Curioso caso, si tenemos en cuenta que todos ellos, los golpistas, se pasaron por el forro la Constitución en el momento del acto de la rebelión; lo del robo, la malversación del dinero público es otro delito, muy grave por cierto, pero para eso no tuvieron que prometer o jurar en su día Constitución. Cogieron la pasta e hicieron de su capa un sayo.
Así pues, el juicio continuará como hasta ahora, pero mucho más avanzado. Ni tan siquiera será necesario suspender alguna sesión, porque la salida de los presos para recoger sus actas es día de descanso en la Sala. Saldrán, sí, pero con escolta policial, que más que para defenderlos impedirá cualquier intento de fuga. A estas alturas de la procesión, este riesgo aumenta considerablemente y ejemplo de que puede existir la tentación lo tiene el Tribunal en elPuchi y sus lacayos, huidos a Bélgica. ¡Cómo para fiarse de estos elementos!
Otra cuestión que tendrá que resolver el Tribunal es la asistencia o no de los presos a las sesiones parlamentarias. Ya se verá qué triquiñuelas buscan sus abogados para tratar de retorcer la Ley con el fin de que sus defendidos puedan asistir a esas sesiones y perturbar al máximo la celebración normal de las sesiones del juicio. También, ya se verá. Aunque parece que el Tribunal lo tiene claro. El juicio es el juicio y va a continuar celebrándose.
Por cierto, a cada día que pasa, sigue llamando más la atención los testigos que llevan declarando hace más de una semana. Todos ello, testigos que han citado los abogados defensores de los encausados, acusados de rebelión y malversación de dineros públicos. Llama la atención que muchos de ellos, en sus declaraciones, diera la impresión como que fueran testigos de la fiscalía o la acusación popular. Flacos favores les están haciendo.
Pero, también llama la atención, y mucho, que esos testigos sabedores todos ellos de que el referéndum era ilegal y que la policía tenía orden judicial de impedirlo, acudieran a los "colegios electorales" a votar sabiendo que estaban incumpliendo los dictámenes judiciales, es decir que sabían que delinquían. Pero, peor aún, que ahora testifiquen ante el Tribunal que juzga a los golpistas, reconociendo que sabían que estaban delinquiendo.
Lo lógico es que estos, a su vez, fueran acusados de delinquir por participar en el referéndum ilegal. Vamos, es de lógica aplastante, como tendrían que ser denunciados y juzgados todos los bomberos que actuaron en contra de la Ley o los funcionarios -como el payaso forestal que acudía a la manifestación con el uniforme oficial, al que un policía tuvo que decirle que la república no existía- o como todos aquellos que cortaron las vías o los otros que cortaron las carreteras con los tractores poniendo en peligro a todos los conductores.
Esperamos, ciertamente, una intervención de los tribunales contra todos ellos, y no contra los demás que no estábamos allí. Lo de Fuenteovejuna queda muy bonito, pero no es el caso. El que la hizo, que la pague, que cada palo aguante su vela.

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