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viernes, 30 de agosto de 2019

Recibimiento con confetis

Bueno, pues la decisión ya está tomada. La suerte está echada. Los proetarras podrán celebrar su fiesta del odio contra los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y en particular contra la Guardia Civil. Alsasua volverá a ser el escenario que acoja el "Día del adiós" contra la Benemérita. El juez Ismael Moreno, de la Audiencia Nacional, ha dictado un auto a través del cual rechaza prohibir la celebración de este nefasto día, al considerar que "no hay antecedentes de delitos en celebraciones previas que justifiquen la restricción de derechos fundamentales". Y punto.
El juez Moreno se opone así a la petición de la fiscalía, contraria a la celebración del "Día del dios", porque los actos que allí se desarrollan reproducen "el objetivo táctico" de la banda terrorista ETA, como es el expulsar de las provincias vascas y Navarra a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y porque además, ojo, se humilla a las víctimas del terrorismo.
Así que nada, vía libre para la humillación de la Benemérita y la humillación de las víctimas del terrorismo. Alsasua podrá disfrutar de nuevo de su "Fía del adiós", como ya lo vienen haciendo numerosas poblaciones vascas. No podía ser menos el pueblo navarro de Alsasua, que siempre destacó por su odio contra la Guardia Civil. Baste solo recordar la agresión que sufrieron dos guardias civiles y sus parejas por parte de jóvenes de la localidad, que fueron juzgados por estos hechos y condenados alguno de ellos a trece años de prisión. 
No obstante, el juez Moreno ordena en su auto que las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado vigilen el acto y den parte urgente si en el transcurso del mismo se observan comisiones de delito y que, en su caso, identifiquen a los autores de los mismos. Una manera de curarse en salud. Menos es nada.
No tiene su día la Guardia Civil. No. Porque ya de madrugada se les colaban por la valla de Ceuta más de ciento cincuenta migrantes subsaharianos, que dejaron a su paso a varios números heridos, que tuvieron que se atendidos hospitalariamente. Eran media docena de guardias civiles, o pocos más, los que tenían que evitar el asalto.
Dicen los que contemplaron los hechos, que el asalto fue aun más violento que el anterior de 2018, asalto que no pudieron repeler los de la Benemérita, porque eran unos pocos contra unos muchos, más de cien, contra los pobres guardias, que, por no tener, no tienen ni material antidisturbios.
Coincidieron los hechos en el mismo día en que los migrantes del Open Arms, llegaron con el Audaz a San Roque y con el anuncio del ministro de los Interiores, Marlaska, de la retirada de las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla. Ya dicen los guardias civiles que de seguir por este camino no les quedará más remedio que recibir a los migrantes con confetis. Eso, que viva la fiesta y el ministro Marlaska.

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