Tolerancia Cero

No, si grave es lo del anormal nazi-xenófobo de la Generalidad más grave viene a ser lo del magistrado del Tribunal Constitucional Cándido Conde-Pumpido. Viene a ser el "Yo Claudio" del Constitucional, por lo que se refiere a las intrigas y manipulaciones que pretende en el más Alto Tribunal. Este señor, bien conocido por toda la ciudadanía, ocupó el cargo de Fiscal General del Estado con elCetapé. ¡Ya ven qué tándem! Pues, ahora a formar otro, con el también socialista elPedroQué? Este señor está maniobrando, ante el estupor de compañeros, amigos y conocidos, para ver cómo puede anular la sentencia que condenó a los asaltantes del Parlamento catalán. En efecto, aquel asalto que dio la vuelta al mundo, porque obligó al entonces presidente Arturo Mas a acceder al mismo en helicóptero.

Ya tiene ese señor redactada la propuesta que pueda anular la condena de los ocho elementos asaltantes del Parlamento catalán en 2005, que fueron condenados a prisión en 2011. Su ponencia tendrá que ser debatida en el Supremo y aunque es muy probable que la conclusión no se conozca antes de la sentencia del Tribunal Supremo a los golpistas catalanes, va a causar un cisma en el Constitucional, a la vez que pretende que se dé una nueva dimensión al concepto de "violencia", que pudiera aplicarse a los catalanes golpistas para dejarlos en libertad.

¡Manda huevos! Las maniobras de elCetapé, ayudando a elPedroQué? son inescrutables, como los caminos del Señor. Pero, como decíamos ayer, Sánchez no sabrá de bondades, pero de maldades todas las que se quieran; como elCetapé: un inepto que no se enteró de que llegó la crisis, hasta que lo leyó -o se lo leyeron- en los periódicos. ElBambi no era tal, sino un lobo con piel de bambi. Otro tanto le sucede a Sánchez, aunque este no lo sabe disimular, como elCetapé. De ahí le petición de Sánchez a Yunqueras de que estuviera tranquilo. Todo se llega a saber, tarde o temprano.

En el fondo, lo que ese señor del Constitucional pretende es que todo tipo de actuaciones violentas, como las que protagonizaron los asaltantes del Parlamento catalán y como las que protagonizaron los que pretendieron asaltar la delegación de la Hacienda catalana cuando estaba siendo registrada por la Guardia Civil, toda la violencia ejercida por los nacionalistas en sus enfrentamientos con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado cuando el referéndum ilegal del UnoaCero y un largo etcétera no sea considerada un delito, que no sea calificada de "violencia". 

Para este señor del Constitucional, que cuando Mas tuvo que utilizar un helicóptero para sobrepasar tan solo una tapia, porque se lo impedían los violentos, declaraba que para los asaltantes "tolerancia cero", pretende con su ponencia que todo ello quede en agua de borrajas. Para entendernos, que lo que antes era violencia, que tendría una respuesta de "tolerancia cero", ya no es tal, sino un ejercicio normal de un derecho fundamental, tal cual es el de manifestarse. Pero hay más. Para este señor la prisión de tres años a los que condenó el Supremo -sentencia, curiosamente, dictada por el juez Marchena, que ha presidido el tribunal contra los golpistas- es desproporcionada y atenta contra el sacrificio innecesario de la libertad y el ejercicio de los derechos de reunión y manifestación. Graves, muy graves estas conclusiones.

Ya digo, más grave todavía que las estupideces y amenazas del nazi-xenófobo-neandertal presidente de la Generalidad catalana, a quien si hubiera fiscales con un par, ya habrían mandado detener. El guerracivilista presidente, la voz de su amo elPuchi, ha tenido la desfachatez de defender a los detenidos de los CDR por terrorismo, rebelión y tenencia de material explosivo y de repudiar la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, cumpliendo órdenes de la Audiencia Nacional, que entiende de los asuntos terroristas. Todo ello en el Pleno del Parlamento catalán, ante micrófonos y cámaras de televisión. Pura apología del terrorismo, con publicidad.

No estaría demás que se llevaran también esposada a la locutora de radio de la emisora pública catalana, una tal Mónica Terribas. Esta no hace uso de la libertad de expresión llamando a la ciudadanía a desobedecer al Estado hasta las últimas consecuencias. Esta locutora, a la vez que apoyaba a los terroristas detenidos, hizo un llamamiento a la rebelión, al enfrentamiento civil. Eso no es libertad de expresión; eso es delincuencia pura y dura, a la que se debe dar "tolerancia cero".