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miércoles, 2 de octubre de 2019

El chivatazo que no cesa

Como un energúmeno se puso el ministro de los Interiores, Marlaska, con los mandos de la Guardia Civil, porque decía que no le habían informado de la "redada" contra los terroristas de los Comités de Defensa de la República (CDR), los imbéciles que no saben que la república no existe. Sí le informaron, sí, aunque no con todo lujo de detalles. Bastante que le advirtieron de que en breves se iba a producir algo importante en Cataluña. ¡Menos mal! Porque ya nos han enterado de otro "caso Faisán", mientras se ultimaban los detalles de la "operación Judas".

Alguien, desde el ministerio del Interior, el de Marlaska -¡Casualidad!- filtró la operación que se avecinaba de manera inmediata. El chivatazo impidió que la redada fuera todo lo efectiva que se esperaba, después de casi dos años de preparación y la intervención, el día de los hechos, de más de seiscientos agentes. La filtración impidió que se pudiera relacionar, aún más claramente, la relación existente entre los terroristas y el nazi xenófobo presidente de la Generalidad y el expresidente elPuchi, acogido por Bélgica en Waterlóo.
La "operación Faisán" del País Vasco se repitió en Cataluña. Una filtración permitió que los administradores económicos de ETA fueran detenidos por la policía, a causa de un chivatazo que alertó a los etarras y permitió que estos se dieran el piro. En la "operación Judas" existió también otro chivatazo, que, al parecer, provenía del mismísimo ministerio del Interior. Gracias a la discreción de varios periodistas que recibieron la información de que se iban a producir las detenciones de los CeDerres se evitaron males mayores.
Cuando le preguntaron a elPedroQué? en los Estados Unidos por la redada contra los terroristas y que estos estaban en posesión de explosivos, este dijo que se acababa de enterar por la prensa, como el también socialista elCetapé se enteró por la prensa de que la crisis había llegado. Pues, miren, que servidor no se lo cree, como que tampoco se cree que Marlaska no supiera "ná de ná". Si lo sabían los periodistas no iban a estar enterados el presidente del Gobierno y su ministro de los Interiores, Marlaska.
Lo cierto es que el chivatazo impidió acumular pruebas que relacionaran de manera directa al guerracivilista catalán y a elPuchi con los terroristas detenidos. De todas formas, todo se andará. Lo que no puede quedar impune, como en el "caso Faisan" es el delator -el acusique- o delatores que hicieron saltar a la liebre. Afortunadamente, en esta ocasión, fue mucho más rápido el galgo, que aún, así y todo, no para de correr.
Sí impidió también el chivatazo dar con todos los energúmenos de los CeDerre metidos a terroristas. Existen sospechas fundadas de que todavía hay comandos terroristas que no se pudieron identificar ni, por tanto, detener, como era de prever. Y como es de prever, estos u otros elementos se supone que están preparando acciones violentas para el día en que se conozca la sentencia del Supremo sobre los golpistas catalanes.
Y, como, siempre, el de la extrema izquierda podemita, antes socio preferente de Sánchez, elPabloManué, defendiendo a los terroristas. Allá él, así le va la vida. Defiende a los etarras y defiende a los CeDerres. A los del IRA no, porque no le corresponde. A saberse.


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