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viernes, 5 de diciembre de 2014

ETA gana a una Justicia vergonzosa

Estos bien pagados tres jueces de la Audiencia Nacional -Manuela Fernández Prado, Ramón Sáez Valcárcel y Javier Martínez Lázaro- han fallado excarcelar a cuatro etarras -ya son cuatro, y los que vengan-, entre ellos, uno de los más sanguinarios, Santi Potros. Tan sólo tenían que haber esperado 24 horas, para poder aplicar la ley española. Dios mío, tan sólo un día para hacer Justicia, y se lo han saltado a la torera. Tendrían prisa, les apretaría el tener que ir al w.c. o les urgiría preparar el equipaje para el puente de la Constitución. Pues que se lo pasen bien y con su pan se lo coman, y cuidado con la carretera.

Muy grave el asunto, y muy grave también grave es que en la reunión que mantuvieron el viernes pasado los integrantes del Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, donde se estudiaba la aplicación de la ley europea que ha facilitado la bárbara decisión, se produjo un empate a ocho. Es decir, ocho jueces a favor y otros ocho jueces en contra. A lo que se ve, y como no había acuerdo tras un debate intenso, se acordó que decidieran cada una de las Secciones. Con lo cual, entendemos que si mañana la Sección Tercera acuerda lo contrario con otros etarras, pues que no saldrían a la calle. Bravo. Un poquillo vergonzoso, pero válido, menos es nada. A ver qué explicaciones da el nuevo superjuez Marlasca. Si se atreve.
Sólo nos resta, pues, esperar a cómo esos asesinos piden una indemnización al Estado argumentando que tenían que haber salido de presidio hace un año. Claro. Anda, y que se la descuenten del salario a los jueces -por ineptitud- y que se la den a las familias de los asesinados. Al tiempo.
Parece que todavía queda el recurso de casación ante el Tribunal Supremo y que la Fiscalía ya ha recurrido. Bien, por una vez, aunque sólo sea para lavarse la cara, y recién peiná. Es decir que habrá de pasar tiempo para que pudiera producirse otro fallo contrario, que anule el de los tres mosqueteros y que los asesinos tengan que reingresar en prisión. O acaso -esperanza nuestra- pueda moverse la Justicia con más celeridad, como la han movido estos tres "aguerridos" jueces. A ver si es posible. Aunque, muerto el burro, la cebada al rabo, que estos asesinos pueden poner pies en polvorosa en cualquier momento y huir a otro país, como por ejemplo a Venezuela, antes que cumplir sentencia. Luego échenles el lazo y pónganles el ronzal.
Aquí estaremos todos, siguiendo acontecimientos -atónitos, desmoralizados e impotentes-, porque cada día son menos los asesinos de la banda de ETA que están en la cárcel, que no cumplen las penas. Porque no son sólo estos de ayer los que ya disfrutan de la libertad que le regalan los jueces y los políticos. Ya han salido otros muchos, de los que no nos han querido enterar, los que ya han salido de prisión de manera dudosamente legal, o al menos de manera vergonzante. Y ya hay casi dos centenares que están reclamando que se les aplique la misma ley -que no es, por supuesto, la española- para llegar a casa en Navidad.

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