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sábado, 6 de diciembre de 2014

El Rey nos ningunea a los españoles

Su Alteza Real, Felipe VI, el Rey de España, ha viajado por segunda vez en muy poco tiempo a Cataluña, y espera poder repetir próximamente -!Qué bien!-. Llega Su Alteza -!y, ala, que aquí no ha "pasao" nada!-. Venga Arturo, que nos vamos de paseo y además hago yo de chófer, que es que me gusta conducir, y así me divierto un poco: !Anda, que estarás contento, que vengo desde Madrid sólo para que te luzcas! !No me digas, que además sales fotografiado en todos los periódicos, y todo gracias a mí, macho!
Su alteza, -!quién lo aconsejará!- no ha calibrado bien que no está el horno para bollos. Después de cómo lo estamos pasando de "achuchaos", me refiero a lo de las perras -ahora euros-, no venga Su Alteza a minarnos la moral. Súmele a eso, a sus viajes a Cataluña, que se le ha regalado recientemente (ha habido más regalos que se nos han ocultado) la libertad al asesino etarra Santi Potros, sí uno de los más sanguinarios de la banda etarra, que ya se pasea por Lasarte aclamado por sus correligionarios, que se ríen descaradamente de las víctimas (al fin y al cabo de todos los españoles), y pregúntese ahora, además, si podemos creer en la Justicia, con los tres jueces presuntamente prevaricadores. Y luego lo de la corrupción -qué decir de ello-, pues que haberla hayla; algo de eso saben su cuñado y su hermana.
Entendemos -!cómo no!- que quiera Su Alteza poner paz y orden en Su reino. Pero -entiéndasenos-, hay maneras y maneras. No hay por qué aplicar la parábola del hijo pródigo al pie de la letra. Eso ahí no se hace, no pega, que queda muy mal, vamos. Hay que darse cuenta -!asesoreees!- de que los españoles hemos tenido que soportar en muchísimas ocasiones, y en vivo y en directo, cómo Arturo ha desafiado, de manera chulesca y macarra, a todos los poderes del Estado (a todos los españoles), y sigue haciéndolo, y de hecho la Fiscalía ha presentado una querella contra él por lo del 9N, por lo del día de las urnas de cartón que parecían cajas de zapato con un plástico.
Mire, Su alteza: Arturo es un desobediente de las leyes -un delincuente-: Arturo es un promotor de la secesión -un delincuente-; Arturo es un instigador del enfrentamiento entre españoles -un delincuente-; Arturo promovió un referéndum -chapucero, por cierto-, que le había prohibido expresamente el Tribunal Constitucional -un delincuente-. Y ahora pide más dinero, el cara dura, sólo dos mil quinientos millones de euros para acabar el año. !Que compre la de Navidad, a ver si le toca, hombre!
Después de todo eso, Su Alteza va, coge, y ya está. De viaje -que paga el fisco-, a pasearse públicamente con un Arturo y, para que no se enfade, haciéndole de chófer, que lo hemos visto. No nos ningunee, Su Alteza, que a su lado viajaba un delincuente.
 
 

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