Pablo Iglesias, Cataluña independiente

Ahí lo queríamos ver a Pablo Iglesias, alias "el barredor", en Cataluña, dando la cara y definiéndose. Lo cierto es que llenó un aforo de tres mil personas, quedándose varios cientos a la puerta por falta de cupo. Así lo dicen los cronistas. Pero también no es menos cierto que si llenó no apasionó, porque su mensaje, a medida que pasa el tiempo se está "desinflando", porque hay que moderarse para conseguir lo que quiere, que no es otra cosa que el Poder, utilizando cualquier artimaña, lo que sea con tal de ganar: el fin justifica los medios; después, ya se enterarán. Que no nos engaña.
Una cosa sí que quedó clara: no le apetece que Cataluña se vaya de España, pero querría iniciar un período constituyente para que los catalanes puedan votar si quieren ser independientes. Ya estamos. Otro que sigue erre que erre, recortando nuestros derechos. Y acaba de llegar.

España, no se entera "el barredor", es de los españoles. En último caso, seríamos todos los españoles, todos, quienes decidiéramos si queremos que Cataluña se independice. Pero, para ir paliando las ansias secesionistas del delincuente Mas, lo que éste puede hacer con los suyos es recoger sus bártulos y marcharse -así de sencillo- fuera de España y crear un país independiente donde les venga en gana y donde los dejen, si es que alguien quiere tener a estos energúmenos por vecinos.

Fuera de eso, todo lo demás fue ambiguo, con mezcla de pagos de hipotecas, evasores fiscales y derecho de los ciudadanos a decidir. "Mu" bonito, pero que "mú" bonito. En definitiva, "ná de ná". Tono mitinero, de salvapatrias y perdonavidas -como ya nos estamos acostumbrando-, chulesco, con ansias de revancha, como un barriobajero, que gracias a la ineptitud de los gobernantes y oposición, se ha encontrado donde jamás pudo imaginar. Algo así como que el que nunca ha usado bragas las costuras le hacen llagas.
Piénsase esta gente que la demás gente somos tontos. Por eso, la noche anterior y en su reducto televisivo habitual, la Sexta, el ínclito Íñigo Errejón -sí, sí, claro, de Podemos, por si a estas alturas alguno lo dudaba- trataba de justificar la beca que le dio la Universidad de Málaga -a través de un amigo de su partido-, de 1.800 euros, para un trabajo de investigación del que ha entregado resultados del mismo realizados antes de la concesión de la beca. Vaya chollo. Pero, más: a los 1.800 euros de la beca, le sumamos los 1.400 euros que cobraba del partido (incompatible sueldo con la beca universitaria). Total que 3.200 euros, para ir pasando el mes, oiga, que la pasta no se puede estirar más y no llega para todo. Vaya morro.
Estos inteligentes, lo que se dice inteligentes no son, que nadie se engañe. Listillos y cara duras, todo lo que se quiera. Se las saben todas estos comunistas, porque tuvieron una buena escuela de aprendizaje en Iuú. Y ahora tratan de ocultar su pasado a fuerza de repetir una mentira para que se haga verdad: no son comunistas, ni bolivarianos, ni trabajan con los iraníes, ni han pagado en dinero negro a su colaborares en la productora televisiva, ni se han alegrado de la salida de los presos de ETA. Todo esto borrado de un plumazo. Lo dicho, inteligentes no; listillos y cara duras.