"El pequeño Nicolás" no quiere hablar con el juez

"El pequeño Nicolás" no ha ingresado en prisión, ni tan siquiera lo ha pedido el fiscal. Esta mañana, pese a acudir a los juzgados, donde estaba citado para declarar, se acogió a su derecho y no le dijo ni mú al señor juez. Acaso le dio los buenos días, pero que sepa su señoría que no hay nada de qué hablar hasta que no esté completa toda la documentación. Y así se narraron los hechos, con mucha expectación, muchos periodistas y la policía -qué tendrá éste con los polis- haciéndole pasillo, y él, nuestro "pequeño Nicolás de España", de veinte años densos, de experiencias acumuladas desde su más tierna infancia, érase un hombre al móvil pegado.

Convencidos estábamos de que Nico dormía esta noche en la trena, al fin y al cabo, de gratis. Ahora que, chico, pobres vigilantes, hasta iba a ser capaz de hacerles creer que eran ellos los presos y que por una miserable cantidad -pongamos que 10.000, por barba, por ejemplo- echaría mano de sus influencias -vicepresidencia del Gobierno, CNI, Comercio, quién sabe si Instituciones Penitenciarias también, etecé, etecé- y lograría que los pusieran en libertad. Luego la tele y todo eso, y más para Las Caimanes. Que no nos engañas, malandrín, que aquí hay algo más que pasta. Se huele, se intuye. Pronto lo sabremos, cuando se levante totalmente el secreto del sumario.

Ahora, con la perspectiva que da el paso del tiempo -aunque sólo sea de un día- cabe sospechar si la gota que colmó el vaso para inducir a la dimisión a Torres Dulce, el exfiscal general del Estado, fue el caso de Nico. Porque es que ni con él ha podido. Y menudo cabreo tiene la niña de Rajoí, a la que "el pequeño Nicolás", ha tratado de involucrar en sus asuntos

Bueno, Nico, ya hablará. Por hoy -al parecer, por unos fallos informáticos- se ha librado del interrogatorio. fíjate, coincidiendo en el día en que "el loco del pueblo" entró por las bravas en la sede del pepé en la calle Génova, en Madrid. Anda, Nico, que ese también la ha armado buena, pero se ha quedado sin coche. Así que vaya vísperas de Navidad que estamos teniendo. Moviditas, moviditas.