Pablo Iglesias, el barredor valiente

Este Pablo Iglesias ya se va descubriendo quién es. Pero él solito, no le hace falta nadie. A medida que se va haciendo más famoso -qué será eso de la fama-, más egocéntrico -más faraónico-, no puede ni guardar sus secretos -más lunático e iluminado-, y sobre todo uno del que parece que se siente especialmente orgulloso, pero que muestra las artimañas de este tipo de gente, capaz de traicionar -y si no al tiempo- hasta a la madre que lo parió, que lo vio nacer y crecer y que le da la nacionalidad. Todo lo que haga falta con tal de triunfar, con tal de salirse con la suya; al fin y al cabo, comunista puro, de los que no importan los medios para conseguir los fines.

Resulta que ahora sabemos -porque él nos ha enterado: te desvelo un "secreto", le decía en una entrevista a un tal Gabilondo, el de los calzoncillos, sí en la SER, de los islamistas- que el famoso SMS que convocaba a una concentración ante la sede del PP, en la calle Génova de Madrid, a raíz de los atentados del 11M, salió de su facultad; más claro: que él y otros energúmenos como él fueron los autores del susodicho escrito. Hay que reconocer que como fenómeno sociológico fue un éxito y que consiguieron concentrar a más de dos mil personas. Lo ha mantenido guardado, el secreto -!el muy zorro!-, porque sabía que eso no estaba bien, que así no era "el juego", que pudieron originar males mayores. Lo ha desvelado, porque ya se considera que ahora puede decir lo que quiera, que está libre de toda culpa (como los jueces que le regalaron la libertad a Santi Potros, el etarra más sanguinario), que su juego no es el de la "casta".

Este "barredor" lo que quiere es ganar, y ganar como sea. En esto no se ha ocultado para decirlo (o él pensaba que nunca se llegaría a ver). Hay muchos vídeos en YouTube donde airea sus ansias de poder. Uno especialmente -que hemos visto en su integridad, porque dura poco, porque mucho tiempo sería un acto de estoicismo-, que se difunde por iniciativadebate.org, en el que en nueve minutos se muestra revanchista, con ansias de venganza, donde dice tener mala leche -no hace falta que lo airee, ya se le ve donde quiera que se asoma-, llama "sinvergüenzas" a los dirigentes políticos actuales (de izquierdas y de derechas) y dice que "un patriota es un idiota". Y, además, suelta palabrotas, pero sin gracia. Es que tampoco la tiene, gracia; bilis, eso sí, mucha.

Así que no te preocupes, Sergio Martín. No te preocupes, de verdad, porque esos de ese comité de TVE pidan tú dimisión; nos hemos enterado de quiénes son. No, y menos que a medida que pasan los días nos vamos enterando de las circunstancias en las que se desarrolló la entrevista.

Son malos -con mala entraña- barriobajeros y cobardes: el líder irrumpió en las dependencias televisivas con un séquito  de al menos dieciséis acompañantes -para acojonar a los contertulios-, no respetó el protocolo anterior a la emisión del programa (los trabajadores de la tele pertenecientes a Comisiones Obreras colaboraron en ello, como no podía ser de otra manera), esos,  acaso, futuros pesebreros presenciaron la entrevista en el plató, cuando no es lo normal -o sea que se colaron-, que hacen lo que quieren porque van todos en grupo, amedrantando al que se le pone por delante. Dicen los que tuvieron oportunidad de verlo en el lugar que como un elefante en una cacharrería !Valientes, héroes, valientes! Algo así como sus piquetes informativos en las huelgas -!Que no toquen Poder, por favor, que la llevamos clara, como en la mili!-.

"El barredor" sólo respondía a lo que le apetecía. A la polémica felicitación sobre la excarcelación de etarras, ni mú, se limitó a jugar con el dolor de las víctimas, y encima -como Pujol padre- acabó echando broncas a los periodistas. Es la moda. !Qué mayor! Unas poquitas clases de educación básica y saber estar no le vendrían mal, al señor profesor. No ha llegado a nada y ya es un megalómano de cuidado, de temer, rodeado se su coro de aduladores. !No saben ir solos, atención! !Así que si algún día llega...hablaremos del Gobierno!