A mí, que me lo expliquen, porque cada
día entiendo menos. Resulta que media familia de los Pujol son
chorizos, pero todos están en la calle, sonrientes y bien curaditos para
que los saquen guapos en los papeles. Ni se van caminito de Jerez, ni
pagan fianzas, ni hay riesgos de que puedan destruir pruebas. !Jopé! Para
jorobar todavía más al personal, la matriarca se regodea ante los medios de comunicación con bromas de mal gusto, vamos que
de barriobajera para arriba; mejor se callaba, como ha venido haciendo hasta
ahora. Y un juez -dios, dios, un juez catalán- se plantea sesudamente
que de dónde puede venir el dineral amasado por Pujjol. !Del exilio,
señor juez, del exilio! Vaya manera de plantearse problemas existencialistas. Menos
marear la perdiz, por favor, y más actuar. Caramba.
Es que así nos van las cosas. Ya ni nos acordamos de si
el Ministerio Fiscal presentó la querella contra el delincuente, también
catalán, Arturo. Porque con estas técnicas de distracción que se
gastan ya no sabemos si realmente Arturo es un delincuente, si lo son los
jueces o sin lo son los fiscales. !Mira tú! O acaso todos a la vez. !Quita
payá, eso ni pensarlo! Todo el mundo es bueno, lo que sucede es que nosotros
tenemos la mente tergiversada. !Puff! Ustedes disculpen.
Y en estas me pilló la noticia de la dimisión del Fiscal General del Estado, Torres Dulce. Y, claro, tuve que dejarlo, porque había que dedicar unas líneas para él, que son gratis. Pero ahora mismito retomo desde donde quedé.
Decía, pues, que ustedes disculpen, que tengo la mente enfermiza y soy muy mal pensado. Pero sigo preguntándome qué habrá sido de aquella querella contra el delincuente Arturo y sus cómplices, si sigue "palante", si sí si no, si encierran a algún juez o si es que tienen que encerrar a los fiscales catalanes, a todos, o al menos que les dejemos de pagar, quiero decir -por si ellos no lo entienden- que se vayan o que los echen. Tampoco sé si los Pujjol, los hijos y mujer del expresidente de la Generalidad, ese, ese, en efecto, Jjordi, el que va a declarar al Parlamento catalán y termina abroncando a los parlamentarios -menuda les cayó, que lo vi en directo por la tele: fue de alucine, increíble, mejor que una buena peli subrealista; pero, que no vean cómo se puso, eh, vaya soberbia, y amenazando, eh-, se irán algún día, como digo, caminito de Jerez, acompañados del mamporrero Arturo y alguno que otro más. Sigue el suspense, y la tomadura de pelo incluida.
Nada, de verdad, que no entiendo nada. Sinceramente, un lío. Aprovechando que ya sabemos que ha dimitido Torres Dulce, a ver si el nuevo Fiscal General del Estado -a quién le caerá la breva- va poniendo un poquito de orden en el mundo judicial o al menos en el fiscal. Porque, vaya, vaya, ya está bien, que nos estamos metiendo en la Navidad.
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