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viernes, 9 de enero de 2015

Arturo Mas será inhabilitado, ya lo dijimos

Vaya, vaya, vaya. Resulta que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), después de no se sabe cuánto tiempo ha pasado, comienza a considerar que el presidente de la Generalidad -no nos olvidemos, el mejor pagado de España, con 144.000 euros- pudo cometer un delito de desobediencia al permitir el referéndum del 9 de noviembre. Por eso, podría tener que pagar una multa y ser inhabilitado para la vida política, en su mayor amplitud. Para este viaje no hacían falta estas alforjas: la inhabilitación de este delincuente ya se adelantó en este blog el pasado día cuatro: "Corrupción en 2015, más de dos mil imputados en espera".
Dicen los del Alto tribunal catalán -lo cierto es que no sé si se ubica en una ático o en bajo o en entreplanta- que de los hechos denunciados se deduce que Arturo Mas pudo incurrir en un delito de desobediencia a resoluciones judiciales cometido por autoridad pública. Ya digo, si los jueces hubieran leído lo aquí publicado el día cuatro de enero, eso que se habrían ahorrado en deliberaciones, aunque todavía están a tiempo, pues ya tienen a su disposición la resolución. Pueden proceder a su aplicación. Es que lo tienen muy fácil, porque el propio Mas se responsabilizó públicamente de la consulta -chulito, él; pues, ahora, que "penque"- por encima del bien y del mal. ¡Claro, como gana tanto!
Yo que los jueces no perdía más el tiempo, que los juzgados están sobresaturados de expedientes. Agilización de los trámites -vamos, que ya tenemos encima las vacaciones de Semana Santa-, sentencia y aplicación. Y a otra cosa mariposa. Porque todavía parece que falta por ver si hubo delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos, y mientras eso llega -que puede no llegar a ser- la vela que va por delante es la que alumbra. Así que, ¡danzad, danzad, malditos! La vicepresidenta de la Generalidad, Joana Ortega -digo yo que equivaldrá a Juana, no sé, la verdad- y la consejera de Educación, Irene Rigau, que no se hagan las despistadas, que también están en el ajo. Que a lo primero mucho, mucho y luego "nádená".
De los delitos de sedición y rebelión me parece que lo tenemos "múperoquemú" duro. Parece que los del Alto -que no ático- no ven indicios -¡mecachís, con lo bien que íbamos esta vez- que puedan llevarles a que sí, pero parece que no. Ahora, que si yo propusiera una rebeldía inocente, así como una prueba, o sea como un experimento como que no pagáramos los impuestos a Hacienda, seguro, seguro, que estos u otros enseguida echarían mano de las gamuzas. Sí se entiende, sí; no me tiren del lápiz -¡pillos!-, las consecuencias podrían ser catastróficas, para el menda, por supuesto.
Si, miren, demasiado poco. Les digo: los del Alto no han metido en el saco ni a los Mozos de Escuadra -que no dejan de ser unas fuerzas de seguridad, quién sabe a estas alturas si del Estado o del estadillo-, ni al que los manda políticamente, Ramón Espalader, ni al portavoz de la autonomía catalana, Francisco Homs, ni a todos aquellos que también se responsabilizan, en solidaridad con Mas. ¡Qué penita!
Siento mucho el esfuerzo realizado por el sindicato Manos Limpias y el partido Vox, porque creo que han hecho más que el fiscal. No desesperen, habrá más ocasiones. Seguro. Ni lo duden.

 

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