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sábado, 10 de enero de 2015

Tania Sánchez no ha dimitido

A la comunista Tania Sánchez le tocó declarar en la comisión de investigación de su Ayuntamiento, el de Rivas Vaciamadrid, a causa de unas subvenciones de un total de un millón doscientos mil euros a su hermano para unos talleres de Música, financiados por el municipio. Hasta ahí, nada sorprendente; a partir de ahí, todo alucinante. Porque resulta que la camarada Tania, que es la candidata oficial por iuú (IU) a la presidencia de la Comunidad de Madrid, era en esos momentos concejala y "miembra" -esa palabreja me recuerda a alguien, ¡horror!- de la comisión municipal que tenía que aprobar la concesión de los dineros.
Ha dicho la camarada en la investigadora que no sabía que la empresa de su hermano era la destinataria de esos euricos, ni que la sede de la empresa, al menos así figuraba en los papeles, era el domicilio paterno. Jopé. Bueno, lo primero hasta nos lo podíamos creer, pero ya lo segundo, lo de la sede, nos "arrevuelve" un poco las entendederas; aunque bien pudo suceder que no se leyera la documentación con lo que no se habría enterado. Inocente. Pero, ya ven por dónde, coincidió que sin haberse mirado "nádená", el milloncejo y pico se iba, de todas todas, para el angelico de su hermano. Es que le tiene mucho cariño fraterno. Como en el Jueves Santo.
Así que llega Ana Mato y ni se entera de que en su propio garaje hay más coches aparcados de lo habitual, entre ellos un Jaguar; cumplen años los niños y se lo encuentra todo organizado, y bien,  para la celebración con familiares y amigos, pero no sabe quién se encarga de prepararlo ni quién lo paga; nos vamos toda la familia de asueto -total, unos días- a Disney, por ejemplo, e ignora quién saca los pasajes y quién vela para que todo salga bien y quién asume los gastos. Algo parecido le sucedía a Manuel Chaves -Manolón, para los amigos-, que desde la Junta de Andalucía concedía más de diez millones -de los de euros- para una empresa, de la que su hija era la gerente, pero -recontra- él no sabía que su "descendienta" fuera tan lista como para ocupar tan alto cargo, y -qué casualidad- en esa misma empresa. Las vueltas que da la vida. Y la infanta Cristina, pues eso, que estaba "mu" enamorada de su marido, Urdangarín -todo un tiarrón-, así de enamorada que veía tan sólo por sus ojos, por los de él.
Pero en estas llegó Tania, Tania Sánchez, ni más ni menos -defensora de las causas imposibles, una Quijota- la compañera sentimental de Pablo Iglesias, el de Podemos. (inciso: no sé no sé, acaso estoy pecando de machista, sin saber por qué, pero puede que acaso, si "el barredor" lo dice, aunque nunca lo he entendido. Vale). Digo que está Tania ahí, en las teles, para sacarle los colores a quien se ponga por delante, para denunciar la falta de ética y de moral de quien sea menester. Para eso tiene las teles, a su disposición, no una ni dos, varias, por las que la ven todos los de su barrio -y pensar que la han ido viendo crecer-. Que se han creído estos que iban a irse así como así, tal cual, de rositas, sin pasar por la criba de la comunista de iuú. ¡Amosanda! ¡Posluego! ¡Faltaría más! El que la haga que la pague. Así de sencillo. A todo marranico le llega su San Martín, dice el refranero.
De la infanta, dice Miguel Roca que los inocentes no se arrepienten, aunque tengan que sentarse en un banquillo o en una banqueta. A la infeliz de Ana Mato -cómo se ha aviejado esta mujer; claro, sufre, la pobre- la dimitió Mariano Rajoy el día antes del Pleno del Congreso sobre los claros y las sombras de los partidos políticos. A Manolón no lo dimite ni Dios, con lo que ha tenido que soportar y sufrir en silencio, en la soledad del poder, durante tanto tiempo -un símil a los pilares de la tierra- al frente de la Junta andaluza, como para que ahora le vengan con esos eres. No y no. Que se vaya Tania, si quiere, que además es comunista. Y el que se pica ajos come.

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