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domingo, 18 de enero de 2015

Venezuela en medio del caos, España mira expectante

Uno de cada cuatro productos básicos escasea en Venezuela. Mi Dios, si es que no hay ni pañales para los niños, ni se encuentra un mal papel higiénico -aunque sea de lija, figúrense- para que los venezolanos puedan limpiarse un poquito el serete. La higiene -y muchas más cosas- comienza a preocupar en el país que gobierna Maduro, y el presidente de la patronal cree que la reserva de productos básicos no va a llegar  ni para cuarenta días. Las filas que se crean a las entradas de los supermercados recuerdan a las que hace años se originaban en los de la comunista Unión Soviética (URSS).
No se crean, esto no es el despertar de un mal sueño, no. Esto es a fecha de hoy, en la que fuera una rica nación, Venezuela, donde además de la escasez de productos básicos -no decimos ya de otros- persiste la nulidad de derechos humanos, donde los líderes de la oposición son encarcelados, junto a los periodistas que denuncian -o más bien lo hacían, hasta que los han silenciado- todas las barbaridades que se están produciendo en el país, bajo el régimen brutal de Maduro, heredero, por obra y gracia, del deleznable Hugo Chávez, el del ¡Exprópiese! o ¡Por qué no te callas!
A nosotros, de aquí, de la España, nos podría resultar de pesadilla si los de Podemos tuvieran ocasión de tocar poder. De sobra es conocido lo destacados y aventajados alumnos que fueron de Chávez -del que recibieron buenos y suculentos aguinaldos en metálico- los dirigentes de este nuevo partido nacido apenas hace un año, que está rompiendo a la izquierda y que algunas encuestas dan como vencedores en las próximas elecciones. Han sido, también, buenos socios del régimen de los hermanos Castro -país, Cuba, defensor de las libertades ¡y un carajo!- y no desprecian la ayuda del gobierno iraní -régimen del que dicen cuelga de las grúas de las construcciones a los homosexuales- para sufragar sus producciones televisivas. Menudo combinado: ¡Oído, cocina! Pero, hay más: aparte de las facturas (con o sin iva) de sus empresas -que esa es otra-, también el jefe, "el barredor", Pablo Iglesias, es muy amigo de los de Bildu y Sortu, los que mandan en la banda de asesinos mafiosos etarra, que hoy han hecho participado en un acto homenaje al fallecido asesino Bolinaga y pedían "derechos humanos. Solución. Paz. Presos enfermos a casa (los suyos). Fin de la dispersión". Por pedir que no quede. Vaya cara. Pero ahí siguen. Todos ellos, tan amigos. Y más: que a "el barredor" le molestan los medios de comunicación privados, pues exprópiense, y eso que son lo que lo han aupado a él, cuando se dio a conocer a través de "Intereconomía".
Los del pesoé, sin reaccionar. Pedro -¿que?-, hoy en Cataluña, sigue diciendo que su partido es el mejor, que él es el mejor, que los mejores ganarán, es decir él y el su pesoé y que los de Podemos mienten más que hablan, y en eso último no se equivoca, no. Pero "el barredor" sigue riéndose, comiéndole los piñones, y luego le robará la cartera. Si no, al tiempo. De hecho, ataca más al podre hombre del pesoé que a los del pepé. Normal, lo quiero todo por la banda izquierda.Y la que se está empezando a cabrear es la de Andalucía, la "presi" Susana Díaz, que ya empieza a amagar con adelantar las elecciones en su feudo.
Y los del pepé, pues tan contenticos, como si la cosa no fuera con ellos, que Mariano Rajoy sabe muy bien lo que hace y lo tiene todo "atado y bien atado". Mientras le demos a "el barredor" su espacio en los medios públicos, no hay de qué preocuparse. Sí, sí, él que se fíe de la Virgen -el del pepé- y que no corra, no se apure, pero como nos cuelen el régimen chavista luego nos reímos todos, si le parece.
 
 

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