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sábado, 17 de enero de 2015

Gómez Bermúdez, arroja la piedra y esconde la mano

Aquí el caso es figurar, los unos y los otros y los de más allá; como se dice, que hablen de uno aunque sea bien. Ahora, el juez Gómez Bermúdez decide archivar la causa que él mismo abrió contra uno que dice que hacer humor y que llaman Facu Díaz, que interviene en el programa televisivo producido por "el barredor", Pablo Iglesias, de Podemos, la Tuerka, que se realiza en las dependencias del diario digital "Público", que cuando era en papel no vendía un peine. El juez de la Audiencia Nacional dio trámite a la causa tras la denuncia presentada por "Dignidad y Justicia", por lo que consideraba un delito de humillación de las víctimas de los asesinos etarras.
Todos figuran. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. La parodia, el "esquetch" -o como se diga- o la bobada -así está más claro-, en definitiva el vídeo que se editó, en el que intervenía este tal Díaz disfrazado de etarra -con capucha incluida; sólo le faltó la metralleta-, en el que las víctimas del terrorismo se sentían aludidas y ofendidas y donde ciertamente se ridiculizaba al pepé, resulta que ahora no era nada, no tiene importancia. Un amago, sencillamente un amago. ¡Quitapayáesaspajas!
El jueves declaró ante el juez Gómez Bermúdez -ya saben, el del "caminito de Jerez"- el "prota" del "esquetch". El tal Díaz, que ni hablar, que no pretendía humillar a las víctimas del terrorismo, que él iba contra el pepé. Pero bueno -digo yo- si arrastraba a alguien de por medio, pues ya está, luego se piden disculpas, que aceptarán porque son muy educados. Y la que hemos "armao" por nada. Otra más e indemnes, que en la pantalla solo figuro yo, pero somos más, muchos más y juntos Podemos. ¡Ahí queda esa! Publicidad gratis, y haciendo amistades.
El juez Gómez Bermúdez -más ancho que largo-, que "aquí to er mundo é güeno", porque está claro que el chico no quiso humillar, que va, que era contra los del pepé. Allá se las arreglen entre ellos; porque, al fin y al cabo, es política. Y como se comprenderá un juez de la Audiencia, y además de la Nacional, no se puede rebajar a esas cosas. Puede, sí, -o no- gustar lo que ha hecho el "chaval", pero no ofende -¡quiá, que no!-. Este juez es muy sesudo, ya lo ven y se cubre el cráneo con un sombrero, en evitación de escape del calor y le cuelgan mucho las pelotillas. Por lo que si él lo dice, que fue el que dejó que todo corriera, pues será verdad. No vamos por eso a perder el buen humor. Claro, claro, no, no. En eso estamos.
Y como para no tomarse las cosas con humor, cuando conocemos que el presidente de "Dignidad y Justicia" -la asociación de víctimas del terrorismo que denunció el caso-, también un tal Daniel Portero, pidió disculpas al que se vistió de etarra -estaría bien saber qué sentiría en esos momentos- por haber presentado la denuncia. La verdad es que le zumban los cataplines. O sea que sí, pero que no. A ver si se aclara el buen hombre. Será que se lo ha tomado con buen talante, aunque alguien se haya pensado que iba a decir con buen humor. Pero, no.
Nada, pues, que eso, que también desde aquí pedimos disculpas. Si el cómico, con su patochada, se sale con la suya, si el juez dice digo donde antes dije diego -pero que pudo no decir nada- y el representante de las víctimas que esto no es algo personal, es que anda en juego nuestro honor. Pero, en cualquier caso, "napuesdena". Que no me hagan hablar, porque no paro. Cierto: igual que les digo una cosa, les digo la otra.

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