Alá, ya llevamos cuatro días transcurridos del año 2015. Entre tanta fiesta de por medio, fines de semana, un adiós-hasta luego, después nos vemos, nos estamos metiendo de lleno en la "cuesta de enero", es más ya tenemos encima la Semana Santa, así que a desempolvar las túnicas y a la lavandería, que pronto tendremos que acompañar por las calles al Nazareno, y de ahí a las Navidades un "paso". Entre tanto, a algunos les va a tocar pasar su particular pasión en los tribunales a causa de las corruptelas, aunque lo mismo les da, porque ni van a oler prisión o bien van a entrar por una puerta y salir, como quien dice, por la otra. Eso sí que cabrea, a nosotros.
Ahora mismo, hay dos mil imputados por motivos de corrupción; tampoco es tanto, tan sólo un "puñao". De los 170 condenados en lo que va de legislatura son muy poquitos los que están en prisión -¡y cómo están!-, así como dos de cada diez, que son alérgicos a las rejas, se oxidan y producen infecciones, así que lo solucionamos con multas e inhabilitaciones. Total, que no devuelven lo que roban, las multas son un chollo, porque se paga mucho menos de lo que se llevan y lo de las inhabilitaciones se lo pasan por el arco del triunfo. Sin pedir perdón, sin devolver lo más mínimo de lo robado y sin prisión. A vivir que son dos días.
Ahora mismo, hay dos mil imputados por motivos de corrupción; tampoco es tanto, tan sólo un "puñao". De los 170 condenados en lo que va de legislatura son muy poquitos los que están en prisión -¡y cómo están!-, así como dos de cada diez, que son alérgicos a las rejas, se oxidan y producen infecciones, así que lo solucionamos con multas e inhabilitaciones. Total, que no devuelven lo que roban, las multas son un chollo, porque se paga mucho menos de lo que se llevan y lo de las inhabilitaciones se lo pasan por el arco del triunfo. Sin pedir perdón, sin devolver lo más mínimo de lo robado y sin prisión. A vivir que son dos días.
Así me comentaba el otro día una persona ligada a los tribunales que al delincuente Arturo lo más probable es que lo inhabiliten, y que ya era bastante, que para él supondría un gran mazazo. ¡Y a mí qué! Increíble. O sea que por desobedecer al Constitucional, promover la sedición, instigar al enfrentamiento entre españoles, gastarse nuestro dinero -malversación de fondos-, al chulo ese sólo lo van a inhabilitar. Pues, joer, qué bien; y siempre agradecidos a la Justicia. Por mucho menos, qué digo por mucho menos, por casi nada hay bastantes que la están penando.
Pues a ver si este nuevo año, vemos resolver alguna de esas dos mil causas pendientes, y luego nos reímos todos. Tenemos por ahí lo de los ERE, de Andalucía, con más de cuatrocientos imputados, algunos hasta con cantidad de billetes como para asar una vaca; los de la trama Gürtel, que tampoco se quedan para atrás; la mafia de los Pujjol, que todavía no se sabe bien hasta dónde han llegado en cantidad de euros, mucho, pero que siguen correteando por las calles, como si "ná"; las tarjetas negras de Caja Madrid, con la implicación de Rodrigo Rato, que estuvo a un tris de ser candidato a la presidencia del Gobierno; la trama Púnica, con el cara dura de Granados, que salía en las tertulias televisivas poniendo a parir a "toquisqui"; y no nos olvidemos del caso estelar, el de Nóos, con la implicación de la hermana del Rey, la infanta Cristina, y su marido, exjugador de balón mano, Ignacio Urdangarín, o como se escriba.
Por como van las cosas de palacio, no sé si nuestros ojitos verán alguno de estos casos resueltos y los otros tantos mil, que, por suerte para ellos, pasan casi inadvertidos por la popularidad de los citados. Quizá mejor sea no verlo, porque las resoluciones judiciales podrían destrozarnos, a nosotros, no a ellos. Y si esta presunción, señores jueces, fiscales y letrados, pudiera considerarse delito -que no lo sé y tampoco me importa mucho-, pues ya saben, si no quieren caldo, dos tazas y una túnica de cofrade para expiar las penas, que, como digo, se nos está llegando la Semana Santa.
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