La Semana Santa, abolida por Podemos

Es que ya le zumba a esta gente, a los de Podemos. Es que pese a que me aburren, y nos aburren -como ya decía en otra ocasión, tanto como los nacionalistas-, habrá que continuar desenmascarándolos, paso a paso, días tras día. Ahora lo que plantean es que hay que prohibir la Semana Santa en Sevilla, y lo dicen los que dicen que son los de Podemos en lo que dicen que es Andalucía, que parece que no son los mismos que los que dicen que son de su partido en Cataluña, por ejemplo. Es decir, que hay que mover todo, sea lo que sea: hoy, aquí; mañana allí. Al final, nadie es el responsable, pero ahí queda. Y el secretario general, Pablito, "el barredor", más preocupado por los asuntos de su novia, Tania Sánchez -que es de iuú y candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid-, que se las trae con lo de las subvenciones a su hermano en el ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid.

A lo que vamos. Estos elementos, que más parecen "hijos de la ira", ahora aspiran a quitar la Semana Santa que, aunque pretenden inicialmente sea la de Sevilla -la más emblemática-, lógicamente, la propuesta, y en su caso, la resolución final, se extendería a toda España, a cada uno de los pueblos y a cada una de las ciudades de nuestro territorio, que es nuestro. Imagínenselo. Ahora que, no hay mal que por bien no venga, pues el mero hecho de hacer la propuesta ya nos dice quiénes son y cómo se las gastan; ellos mismos se descubren. ¡Malo, malo! Pura maldad, ya digo.
Además, esa barbaridad sólo la pueden lanzar quienes desconocen las raíces y la cultura españolas, es decir los ignorantes y los analfabetos. Más claro, agua. O alguien con mala entraña, muy mala, renegado de la fe y de las creencias de sus mayores. En el fondo, lo que pretenden es destruir: como sea, pero destruir; lo que sea, pero destruir; a quien sea, pero destruir. De dónde les habrá salido a esta gente tanta mala baba.
Pues que se esperen a las reacciones, porque muchos de los cofrades de las hermandades y cofradías seguro que también pertenecen a ese partido. A ver qué les parece que, por la gracia de algunos sus dirigentes, vayan a quedarse ahora sin desfilar en la Semana Santa, sin sacar a la calle a sus nazarenos, a sus piedades, a sus hijos para que continúen con la tradición que ellos heredaron, y que no es otra cosa, sencillamente, que parte de su educación, de su cultura, de sus raíces. Seguro que va a haber mucho mosqueo -acaso, no; nunca se sabe-, aunque a ellos les da igual, con tal de arrasar, pero, además, con saña. A ver si desde Zamora -que cuenta con una Semana Santa de las más importantes de España- el papá de Pablito -que forma parte del Círculo de Podemos en esa provincia- intercede ante el jefe y le abre los ojos. O no.
¡Santo Cristo de Las Injurias, como toquen poder, que Dios nos coja confesados! Ya sé que lo de que nos coja confesados lo he escrito más veces, pero nunca había añadido lo del Santo Cristo de las Injurias; hoy, sí, porque está llegando la Semana de Pasión, y además añado a El Cristo de los Faroles, para ver si nos alumbra un poco, al menos para no tropezar. Porque vamos, vamos, hasta dónde está empezando a llegar esta gente.
Y los empresarios, que se agarren a un palo, que ya ven, llegan los de Podemos. Escondan las gallinas, y todo lo que puedan. Olvídense, también, del turismo en la Semana Santa. Olvídense todos los sectores afectados, de todo el dineral que mueve, de todos los puestos de trabajo que crea. Pero no pasa nada, aquí no pasa nada. Aquí a callar y a reír la ocurrencia, la gracieta del gilipollas de turno. Porque son "múperoquemúlistosellos". Sí, de pelotas, con perdón. 
Es que estos quieren borrar todo de un manotazo, toda una historia; al menos, los catalanes se molestan un poco y se la reinventan. Que les da igual las consecuencias, hombre, que les da igual, que son unos ignorantes, que sólo se mueven por la ira y la soberbia y la envidia y la frustración. ¡Joér, que ya está bien, hombre! Como decía mi abuela: ¡qué no veremos, Señor, Señor!