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jueves, 29 de enero de 2015

Los tres dirigentes de Podemos son tres

Cierto, cierto, es verdad: no hay dos sin tres. Los Reyes Magos eran tres, si no no habrían sido los tres Reyes Magos; los Tres Mosqueteros eran tres, si no tampoco habrían sido los Tres Mosqueteros. Los de Podemos son tres, si no probablemente Podemos no habría existido: Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero -o "billetero", como parece que le gusta que lo llamen ahora-. A estos últimos, además les une una cosa en común: un papelito de nada -pero que los ha marcado para siempre- entregado fuera de tiempo; la forma, se supone que bien.
El amigo Monedero -rico de nuevo cuño-, se ha traído de los países bolivarianos cerca de millón y medio de euros. O sea que hizo lo que se conoce por "las américas". Y la lio. Ya está Montoro -la hiena-, tras él. Eso le pasa por querer presumir. Por si fuera poco, la Complutense le ha abierto una investigación, porque "puequeacaso" le corresponda una parte del botín. Pero que dice que no, que es todo suyo, que lo ganó con el sudor de su frente, que no se le acerquen los carroñeros. Que hubieran ido ellos. Desde el sillón se dice todo muy bien, pero hay que cruzar el charco, rector Carrillo. Luego hablamos. Y todo por no haber presentado el "papelico" correspondiente para obtener el permiso para ganar los dineros fuera del horario de trabajo. Lo pasó por ventanilla, sí, en diciembre pasado, sí, pero con casi tres años de retraso. ¡No! Sí, lo quería todo para él. No es de extrañar que ahora, como un incomprendido, ande perdido por el "metro" de Madrid. A la una, las dos y las tres.
Otro que tal baila. Errejón. También se las trae; ni con papel de fumar. Un conocido suyo -coincidentemente militante del mismo partido- le preparó una beca de 1.800 euros mensuales, para hacer un trabajo de investigación para la universidad de Málaga. No se crean, ni corto ni perezoso, la aceptó, la beca. Ni pisaba por Málaga -él se lo perdió, con lo bonita ciudad que es, y con mar-, porque él tiene suficientes bemoles como para hacerlo desde casa, el trabajo. ¡Olé, quillo! ¡Viva la grassia! Y, para que me critiquen por algo, me embucho otros 1.400 euros del partido; y, si no se quedan satisfechos, echo mano de un sueldico -si no, no llego a final de mes- de la productora esa que tenemos de televisión, que no sé de qué va, pero, macho, para eso uno es de los jefes. Pues, ale, marchando expediente. Y todo por no haber presentado el papelico -como el otro- pidiendo el permiso para ausentarse, aunque nunca se presentó.
El otro, "elbarredor" Iglesias -no el barredor de iglesias, al menos de momento-, que cobra como eurodiputado -"na", como quien dice, una miseria; ni para pipas, oye-, quiere desmarcase desde ya de su productora, porque los de Manos Limpias parece que van a querellarse contra él por fraude fiscal. Porque si eso que decían que era una asociación sin ánimo de lucro, luego resulta que sí. Los jueces decidirán. Así que vamos a cambiar titularidades -en los papelicos- por si acaso, aunque sea del mes pasado. Pero, esto no quiere decir que vayamos a romper las relaciones con la televisión de los iraníes, hay que ser diplomáticos, que estos no saben, y tampoco es cuestión de hacerle ascos a los dineros, aunque sean tres  mil miserables euros al mes. Ya lo creo, menudos los tiempos que corren. Sí, sí, es listo y previsor ante la ciclogénesis que se avecina. Chacho, cierto, todo por la "pasta".

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