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martes, 10 de febrero de 2015

Con esto y un pantumaca Arturo se fue a la cama

De Arturo Mas, a la sazón presidente de la Generalidad de Cataluña, no se puede decir que no sea leal. Ante la comisión por el Fraude Fiscal, se mostró rotundo y reconoció tener dos padres, y a los dos los quería: el natural, el suyo propio,  y el político, Jjordi Pujjol, el del mismo apellido que el del que fuera presidente de la Generalidad durante muchos años. Se supone que madre sólo una, y a ti te encontré en la calle. Ambos padres dos, coincidencias del destino, con cuentas de miles de euros en el extranjero: el primero en Liechtenstein, con más de dos millones, y, el segundo, que se sepa, en la vecina Andorra, lo que no se tiene conocimiento"entavía" es con cuántos.
Estuvo muy comedido el "muy honorable", con mucho tiento, porque no quería personalizar en él el viento que meciera las ramas del árbol, por si acaso caía de él algún nido o algún tres por ciento, o más, lo que parece más que probable en algunos casos. No se benefició en absoluto de los dineros del papá natural, que se fueron para su mamá. Estos catalanes son así, y tú, nene, a callar, que ni familia ni leches, que la "pela es la pela".
Había llegado Arturo a la sede del Parlamento catalán, airoso y brioso, con la terna gris y corbata a rayas blancas y grises, haciendo juego con la camisa y el traje. No dejaba de sonreír y saludar con gestos de la cara a los que le miraban y, sobre todo a las cámaras, pero la procesión iba por dentro. Hoy es aquí, como quien dice, en casa, y aquí mando yo. Pero el pensamiento estaba en otra estancia, en la del tribunal que le juzgará para inhabilitarlo. A saberse cuándo, pero todo llegará. Esperemos.
Al poco, comenzaron los dardos. Así que con dos padres y los dos con fortunas en el extranjero. Sí, pero ni su padre ni él fueron testaferros de nadie. Y yo sólo conocí las golferías de Jjordi Pujjol la misma mañana en la que él las hizo públicas. Le corroía la conciencia. Qué se piensan. Es una manera de decir que no las conocía, o sea, o lo que s lo mismo, que las desconocía, pese a que era su padre, político se entiende. Tampoco Caín sabía lo que hacía su hermano Abel. Acaso tenía que estar obligado a saberlo. Su mano izquierda desconoce lo que firma la derecha. 
De los amigos, qué decir de las amistades. Cada uno puede tener las que quiera, cierto, pero dime con quién andas y te diré cuánto te puede tocar, y sin que se te ocurra mover las ramas. Porque, a ver, que explique su amistad tan profunda con Luis Prenafeta -imputado en el Caso Pretoria- y con el hijo del expresidente -por cierto, que dejó, el expresidente, a casi toda la familia, y son unos cuantos, bien colocada, todos funcionarios, con vocación de servidores del pueblo, pero sin ánimo de lucro, igualitos a él- y la amistad también con el hijo mayor del exhonorable y eso de las descolocaciones de empresas y las concesiones de las ITV. Pare, pare que me abruma, y no me toquen a mi padre adoptivo, porque su caso es suyo y sólo suyo, que bastante cruz lleva en penitencia. Y si hemos acabado, me voy, como laEspe en Salvados, que estas cinco horas me han abierto el apetito: un gran "pantumaca", y a correr. 
Con eso iba soñando Arturo Mas, pero pensando en que van y se lo creen -¡jeje!-. Más miedo tiene el presidente Mas a que a algún fiscal "despistao" le dé por decir que es un sedicioso, traidor a la patria, malversador de dinero público y un largo etcétera, un etc. tan largo que ni se acuerda de todo. Cuando sea capaz de recordarlo, el caso ya habrá prescrito. Y los otros haciendo preguntas sin respuestas. Acabáramos.

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