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lunes, 16 de febrero de 2015

Maduro amenaza a España y vincula a Podemos con el régimen Chavista

Esto del Maduro este de la Venezuela esa no tiene nombre, ni apellidos tampoco. El tipo, que nada, que o se dejan de meter los medios de comunicación españoles con los de Podemos o les nacionalizo todas las empresas hispanas en Venezuela. No se ha cortado ni un pelo. Sí, sí, así se lo hizo saber el pasado jueves -aunque nos hemos enterado en la tardenoche del domingo- a los representantes de Telefónica, Repsol, BBVA, Mapfre, Iberia, Air Europa y Meliá. A esta reunión, convocada con sólo hora y media de antelación en el Palacio de Miraflores, sede del gobierno, asistieron altos cargos del mismo, entre los que se encontraba, ni más ni menos, el vicepresidente Jorge Arreaza.
El asunto, más que grave, es gravísimo. Este Maduro -que mejor estaba callado- piensa que puede amenazar así como así a un Estado soberano y democrático y acallar la libertad de prensa -coaccionando a las empresas para que no pongan su publicidad-, porque lo dice el presidente de Venezuela. ¡Faltaría más! El presidente de un Estado dictatorial y corrupto, en el que su número dos, Diosdado Cabello, ha sido acusado por su exjefe de seguridad -que se ha visto obligado a huir a los Estados Unidos- de ser el mayor narcotraficante del país.
Estas amenazas contra España las hace quien, siguiendo los quehaceres de su antecesor, hunde en la miseria, cada día un poco más, a uno de los países que llegó a ser de los más ricos del mundo y donde hoy sus ciudadanos no tienen ni "pancomer", ni los elementos más básicos de aseo. Pero, además, se muestra represivo con todo el que ose opinar en contra: medios de comunicación -"el chavismo ha asfixiado el periodismo libre", decía recientemente Miguel Enrique Otero, presidente del diario "El Universal"- o políticos, como los opositores Leopoldo López y Daniel Ceballos, ambos encarcelados en una prisión militar, cuyas celdas fueron asaltadas días atrás por militares que destrozaron el interior de las mismas, y no los mataron a ellos, a los presos, de milagrito.
Maduro -malo, malo como un demonio- no le ha hecho ningún favor a Podemos, más bien todo lo contrario. Ahora que los de "elbarredor" querían distanciarse lo más posible de su benefactor, ahora que niegan y reniegan de quien les ha estado ayudando y sufragando -¡Presuntamente, presuntamente!¡Qué miedo!-  con unos cuantos miles y miles de euros, los ha dejado con el serete al aire. Con esta acción, Maduro los vincula todavía más al régimen Chavista, al que Pablo Iglesias no se ha atrevido a pedir clemencia por los opositores encarcelados. O acaso "elbarredor" ya no tenga influencia ante los que debería haber rendido la esclavitud del agradecimiento. En cualquier caso, los ideólogos y líderes de Podemos han traicionado a su protector y a sus propios seguidores, a los que también han mentido, y a los que ahora sí que les puede quedar claro de dónde proceden sus orígenes y hasta dónde serán capaces de llegar: traición, mentiras, supresión de libertades, miseria. El caos. ¡Santo Dios, que nos cojan "confesaos"!
Pablo Iglesias está obligado a intervenir públicamente, a dar una explicación de todo esto a todos los españoles, aunque mucho me temo -¡ojalá me equivoque!- que seguirá las técnicas y las tácticas aprendidas "pallípallá", en la "guerrilla" en las tierras venezolanas; y, si lo hace, si quiere explicarnos algo, que sea con argumentos convincentes. Le va mucho en el envite.
Y a todo esto, el Gobierno de España, qué de qué. Algo tendrá que decir. Porque esas amenazas no pueden quedar sin una respuesta, digo yo, aunque acaso me equivoque y lo del refrán ese de que no hay mayor desprecio que no hacer aprecio sea lo más acertado. Aunque, hay muchas empresas por medio, con mucho dinero y muchos puestos de trabajo. ¡Qué sé yo!
 

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