El PP no busca los candidatos en las cafeterías

Nada nuevo bajo el sol. Amaneció y ya. Hora de que el presidente del pepé, Mariano Rajoy, y del Gobierno de España, también Mariano Rajoy. se dirigiera a los seiscientos integrantes de la Junta Directiva Nacional "delsupartido", que llevaban dos años sin verse. Algunos se recordaban y se saludaban, y otros -los que se tenían más confianza- hasta comentaban, por lo "bajini", sobre la guerra desatada entre los "marianistas". En la presidencia, María Dolores de Cospedal, secretaria General, y Javier Arenas, vicesecretario de Política Autonómica y Local. En medio de los dos, Rajoy, con ella a su derecha y con el otro a su izquierda. Y que no "susmováis".

Para que quedara bien claro a todos -y a todas, que añadirían los políticos, que se deben creer más importantes por esa perogrullada-, tanto a propios como a extraños, aquí no "passaná", y por eso dijo el jefe que no iba a hacer ningún llamamiento a la unidad del partido, porque el partido está "unido y bien unido"; como tampoco hizo llamamiento alguno a la responsabilidad, porque derrochan responsabilidad por los cuatro costados. Eso sí -y no miro para nadie- vamos a lo que vamos y que nadie se me enrede en cuestiones internas que sólo interesan a 25. Más claro, agua: ¡cuando a pesetas a pesetas y cuando a arar a arar! Y, ojo, que no lo va a repetir dos veces.

Mariano Rajoy sacó la "chuleta" y dio rienda suelta a las normas y consignas -en las que seguro que en ellas algo ha tenido que ver su insigne asesor Arriola, el marido de laJugona del casino "CongresodelosDiputados",  a seguir de aquí a allá, a las próximas elecciones del 24 de mayo. A saberse: que no somos niños, que sabemos lo que queremos, que hay que centrarse más en los logros económicos y en que hay menos parados. Aunque reconoció que las actuaciones de alguno -como Luis Bárcenas, se fuerte- habían hecho abochornar al partido, pero todo está en buenas manos, en las de la Justicia; así que, borrón y cuenta nueva. A lo nuestro.

No se amilanó el gallego, más bien todo lo contrario auguró que el "pepé" iba a ganar las elecciones, todas, y no una sino más veces. E insistió en su arenga -como Emperador a los "seiscientos"- en que el partido no es un foro de debate, "ni vamos buscando candidatos por las cafeterías" y que el "pepé" tiene la experiencia de gobernar -y arrojó el guante- frente a "experimentos" y "ruletas". Vamos, que las gaseosas para las comidas y sin mezclarlas con los buenos vinos. A ver quién es el primero en saltar, porque se sienta aludido, de otros partidos, quiero decir. ¡Toma ya, lo que sabe!

Bueno, pues así las cosas, todos tan contentos. Los de fuera y los de dentro. Aunque algunos de estos últimos pensaron que se podían haber ahorrado el viaje a la capital del Reino y que todo esto se lo podían haber dicho por carta o a través del plasma, del que tanto gusta utilizar el jefe. Pero, claro, esto presta más. Hay que dar la imagen de la unidad del partido, que haberla hayla, no queda otro remedio. Los únicos que la distorsionan son, curiosamente, los llamados "marianistas": laCospe, elBocanegra -que un día fue el padrino de "laCospe", pero ahora ya no- y Sáenz de Santamaría, laVice, cada cual con sus correspondientes acólitos, a los que otros prefieren llamar "familias". Los demás ni nos movemos, ni preguntamos, ni tan siquiera hemos amenazado al senador del psoé de Sanabria. ¡Ángelicos, como las cosas no se enderecen, lo que veredes!