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lunes, 6 de abril de 2015

Rajoy e Iglesias no ven ni los árboles ni el bosque

Jornada de reflexión en el pepé, ante la reunión, mañana, de la Junta Directiva Nacional del partido. Sólo el jefe osa romper el silencio reflexivo y también oracional. Resulta que se tira la mayor parte de la legislatura sin decir esta boca es mía o como máximo la suelta -la lengua a pasear- a través del plasma y ahora parece que ha cogido carrerilla, y no para. El partido funciona, con alguna discrepancia que otra, pero nada que le pueda preocupar. Así que lo que funciona excusa uno de andar cambiándolo. Eso sí advertencia para todo aquel que la píe: el que se mueva no sale en la foto. Mariano Rajoy dixit. A tiempo estamos.

Vale, vale, no seré yo el que le lleve la contraria. Los que se atrevan, mañana tienen la ocasión. Pero tal como lo pintaba hoy el jefe "somos los mejores" y "vamos a ganar", que tenemos muchas cosas a favor como la buena gestión de la crisis -hoy ya disminuyó el paro- y un cicerone magistral que llevará al partido -¡unido!- otra vez al triunfo: Arriola. Por lo tanto, nada de cambios traumáticos, que el partido tiene vela no para otra legislatura más, sino para otra más, y luego ya veremos. Al frente, por supuesto, Rajoy. Mañana será mañana. Si es que amanece. Acaso con otros colores.
A estos que se encuentran en la picota parece que les da igual se diga lo que se diga o que se diga "só" que "arre" o lo que se cueza ante sus mismísimas narices. Da la impresión de que estuvieran sordos o ciegos, o ambas cosas a la vez. O de que alrededor les plantan unos círculos concéntricos. ¡Vaya usted a saber, en esos niveles!
Otro caso similar nos lo encontramos en elBarredor, de Pueden, que llevaba sin ofrecer una rueda de prensa desde enero. Hoy va y -ála; he puesto ála, con acento en la primera a, no Alá, por si los malos entendidos, aunque me da igual- también se desmadra hablando, de casi todo, oigan, pero en lo que casi nada coincide con la realidad. Como en las "pelis", con la realidad y la coincidencia.
Miren si es envidioso elBarredor -ya lo decía en otro artículo- que no ha podido por menos de referirse a los de CiudanosKeim para advertirles de que "cambio y recambio" son cosas diferentes". No puede, el hombre, por menos. Lo que sí resulta evidente es que elAlberto arrampló con nueve escaños en Andalucía -cuando nadie se lo esperaba-, mientras que su partido llegó a los quince, cuando en el fondo soñaba -el ególatra- con la mayoría absoluta. Está que no come, está en un "sinvivir". Como los niños "achinchaoyenrabietao".
Ahora -escuchen y sonrían- dice que la que manda en Pueden de Andalucía es Teresa Rodríguez, pero para la negociación con laSusana envía a Sergio Pascual -secretario de Organización, del núcleo-, mientras que laTere estará representada por un señor de su confianza, que, en realidad, ni pincha ni corta, "nichichanilimoná". O sea que sí, pero que no, que la jefa es ella y todo lo que ella diga irá a Misa, siempre que pase por la Iglesia. Dicho lo cual -como dicen los políticos de fácil labia- quiere con esta contradicción manifiesta ocultar la grave crisis entre el Poder central, de "esas de ni te muevas", y "Pueden de Andalucía; crisis más grande que un gran camión cisterna; como en Aragón, con Echenique. Y las que se le vienen encima. Al tiempo.
¡Pero no passsaná! elBarredor ya comienza a trabajar en las próximos elecciones regionales -o autonómicas, si alguno lo prefiere así- y municipales. Ya tiene todas las candidaturas preparadas, tomando ejemplo de su amigo el de Grecia, con muy poquitas mujeres en las listas y menos aún encabezándolas. ¡A ver quién es ahora el machista! Pero, él tira "palante", presidiendo el "comando central de campaña", al frente del cual pondrá al pesetero elErrejón. Aunque se ve la influencia -mano negra- de Monedero, en lo que se refiere a la denominación de "comando" y de "campaña", porque sigue en guerra, oculto por lo túneles del Metro, desde que le dijo a una señora de Europa que se muriera ella. Me acuerdo, me acuerdo. Últimamente parece, más bien, un topo. En el buen sentido de la palabra.

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