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domingo, 10 de mayo de 2015

Dos historias de amor y una felonía

Son estas historias que saltan a la actualidad, que nos dejan perplejos y, a algunos, hasta meditabundos. Dan la vuelta al mundo de manera viral, como se dice ahora. Y, dentro de dos días las olvidamos. La vorágine nos arrastra, pero los protagonistas han sido humanos, niños de carne y hueso, como nosotros mismos, como la vida misma: un niño en una maleta, al que tratan de introducir en España por la frontera que nos separa de Marruecos. Por su parte, un policía estadounidense quiso alegrarle la vida a un niño con linfoma. La felonía, la del marido que remata a su esposa ingresada en el hospital.

Más de 20.000 personas cruzan a diario la frontera entre España y Marruecos. ¡Qué no verán a diario los guardias civiles encargados de vigilar el paso! Pero, desde luego, nada como lo del viernes. Los agentes no daban crédito a lo que se les mostraba en el escáner: un niño, en posición fetal. Era Abou, sencillamente -según él mismo dijo-, de ocho años, al que su padre -a través de una joven marroquí- trataba de introducir en nuestro país. Él, el padre, -de Costa de Marfil- ya tiene permiso de residencia en Canarias, a donde quería llevar al niño. Eso es lo que todos suponemos, en principio, un acto de amor paternal, pero arriesgado, que le pudo costar la vida al pequeño, que viajó más de trescientos metros en una maleta sin posibilidad de apertura desde el interior, de 69 centímetros de alta, 45 de ancha y 25 de fondo y sin respiradero alguno.
Esta acción puede costarle varios años de cárcel, tanto a la joven que llevaba la maleta -por lo que cobraría 3.000 euros-, como al padre, ambos detenidos. No obstante, el fiscal ha solicitado las pruebas de paternidad correspondientes, para descartar que se trata de tráfico de personas. ¡Esto sería todavía más grave! Pero, todo parece indicar que en realidad fue el amor, la necesidad que el padre tenía de poder tener con él a su hijo, lo que le llevó a esta acción tan arriesgada para el niño. ¡Ojalá este hecho no sirva de precedente que puedan aprovechar las mafias!
También se ha expandido de manera viral la acción de un policía estadounidense, el "super héroe", que se hizo un viaje de once horas en su coche para alegrarle la vida a un niño de siete años, Bryce Schottel, con linfoma. El agente se trasladó de Dallas hasta Smithton, en Illinois. Disfrazado de "Superman" le dio al niño, admirador del héroe, la alegría de su vida. Cierto, como dice Damon Cole, que disfrazarse lo puede hacer cualquiera, pero todo depende de cómo se interactúa con un niño. Desde luego que tiene que ser con amor.
La felonía es todo lo contrario al amor. Y así se puede calificar, de felonía, la actitud de un vecino de Pazos (Orense), que acudió al hospital donde se encontraba su esposa ingresada para matarla. El caso resulta más truculento al pensar que ella estaba allí como consecuencia de otra agresión que había recibido de su marido y que le había provocado una lesión cerebral. Dicen los vecinos que el hombre "tenía un carácter modélico, no daba esa sensación". Puede, pero ella ya no está en este mundo; quizá, porque nadie le dio protección cuando más indefensa se encontraba.

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