Ya resultaba extraño que la nueva y flamante alcaldesa de Barcelona, Ada
Colau, no hubiera dicho esta boca es mía, en relación a la imputación de su
camarada Guillermo Zapata. Pero ahí está; ya salió al quite. Poco menos que el
mundo no sería mundo sin elZapata y otros como él, lo cual es una suerte para
la humanidad, porque sin “gamberros” e “irreverentes” triunfarían el “conformismo
y el miedo”. Ala, filosofía pura, barra libre para todos; era el punto de
apoyo que nos faltaba a la humanidad para mover el orbe. Es que laColau es mucho; es
revolucionaria de pura cepa, aunque le salgan llagas.
Verán, a la alcaldesa de la Ciudad Condal le gusta verse rodeada de gente de confianza, y si es personal querido, mejor. Así que quién más idóneo que su pareja o compañero sentimental, para asesorar al ayuntamiento de Barcelona como experto en Relaciones Políticas e Institucionales. ¡Anda que no saben! Pero no hay que ver en este nombramiento lo que no es; es decir, nada por la “pasta”, aunque claro no lo va a hacer “de a gratis”, que esto requiere mucho trabajo, conocimientos y una sólida formación. No hay dos como él en toda la región catalana, y si me apuran en España; algo similar ocurre con la pareja del primer teniente de alcalde, que también entra en el ayuntamiento como asesora de Vivienda. Y van dos, que se sepa.
Anda la nueva regidora de los barceloneses predicando con el ejemplo y,
además de contratar a su pareja -que estaba del todo desaprovechado- y a la pareja del primer teniente de alcalde, ha
despreciado el coche que ostentaba el anterior alcalde -el Audi, de Trías-, pero
no ha renunciado a un coche oficial, y se ha alquilado -a costa del erario público-
un monovolumen de siete plazas, que se lo han traído desde Sevilla -un Seat
Alhambra-, donde puede meter a toda “lavasca” y darse unos garbeos por la
ciudad; deja así su sitio en el “Metro” para dar cabida a más ciudadanos. Así
que, todo un espectáculo con el enorme vehículo y el coche de la policía que lo
sigue constantemente. Y si hace falta, de aquí al Sahara.
Ya les digo, laColau tiene revolucionada a la ciudadanía; algunos ya se piensan en su beatificación, es como si Dios los hubiera venido a ver. También tiene, por contra, a la Guardia Urbana “a pan pedir”, vamos que no saben
a qué atenerse y están los agentes que bufan: mandó, laColau, retirar a los agentes de paisano contra
la droga en un famoso festival y se encargó de que se le diera buena publicidad
al hecho, por lo que desde entonces Castilla es todavía más ancha: allí se tomaba de todo,
incluso, si venía al caso, hasta una cerveza. Luego, les ha quitado las horas extra, a los policías, por lo que la venta
ambulante de cualquier producto deja de estar controlada, porque para los de Pueden eso no es un
delito, es “una problemática social”. O sea que los que venden el producto
legal y original y con las correspondientes inspecciones de trabajo y
sanitarias y, por supuesto, tienen que pagar alquileres, trabajadores e
impuestos eso “nosirvedená”.
Pero hay más: los “lateros” -así conocidos por vender todo tipo de bebida enlatada- están haciendo su agosto en junio. En el barrio
de la Berceloneta pueden hacer y vender cualquier clase de bebida -sin ningún tipo de control, ni sanitario ni tributario-, hasta tal punto que se ha llegado a hacer famoso
el “mojito Colau”, una deferencia hacia la alcaldesa, que ésta sí que sabe. Se pueden
adquirir a cualquier hora del día o de la noche. Los paquistaníes, principales protagonistas
y beneficiarios de esta nueva modalidad empresarial, están que lo flipan y los
turistas también.
El “efecto llamada” comienza a notarse en la capital catalana, pero poco parece
importar, porque es más importante resolver la “problemática social”. Sólo le
faltaba a la alcaldesa despedir a los “polis”, porque para lo que les deja hacer, se ahorraba
unas cuantas “pelas”, que la “pela es la pela”, y arriba, “en mi calle, empezó la
fiesta”.
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