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lunes, 15 de junio de 2015

Iglesias no repudia los tuits de Zapata

Pues nada, ya lo saben ustedes: “y punto”. Así es como estos de Podemos cierran los asuntos. En conclusión, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, presidido por Manuela Carmona, no se va; deja el área de Cultura, pero no renuncia a su acta de concejal. Entiende Guillermo Zapata que sus mofas sobre el Holocausto -seis millones de judíos asesinados-, las denigrantes opiniones sobre Irene Villa –víctima de un atentado de ETA, donde perdió sus dos piernas- y las macabras alusiones a las niñas de Alcasser –secuestradas, torturadas y, finalmente, cruelmente asesinadas- quedan suscritas al área de Cultura, y que, como deja esa área todo resuelto. Él y sus camaradas dan por concluido el asunto. Se equivocan. Este señor no puede estar como concejal en ningún ayuntamiento, ni ocupar cargo público alguno en este país. El asunto no está cerrado y sus deleznables comentarios no pueden circunscribirse a la Cultura. Él solito y su prepotencia lo han inhabilitado. 
Y, ahora, leanelBarredor Iglesias en Twitter, hoy por la tarde: "Mientras los que llevan años robando y mintiendo siguen en sus puestos, Guille Zapata asume su responsabilidad. No van a parar el cambio". O sea, que esta es la regeneración, esto es el cambio. Para esto, elBarredor podría haberse ahorrado tantas molestias, porque a la primera de cambio se le ha visto el plumero: su engaño, sus mentiras. Ni una condena a los tuits; es lo suyo, así hace siempre. Tampoco hay que extrañarse mucho, cuando ha sido él quien le ha facilitado a los etarras de Bildu los gobiernos de cuarenta poblaciones en Navarra, entre ellas el de la propia capital, Pamplona. ¡Qué no habría hecho elBarredor si el caso no afectara a uno de los suyos!
Si la nueva alcaldesa del ayuntamiento de la capital del reino hubiera querido manifestar su coherencia ya debería haberle exigido a ese concejal que renunciara a su acta. Pero, parece que no. Ya antes de reunirse con él esta mañana dejó bien claro que habría que recuperarlo, nunca pedirle que se fuera. Así lo confirmó él mismo: “Nadie me ha invitado a marcharme”. Entonces, la que tendría que irse sería la nueva alcaldesa, que, si no ha sabido resolver su primera crisis, no quiero ni pensar qué será de los madrileños de aquí a cuatro años.
Guillermo Zapata va a encargarse, de momento, del distrito madrileño Fuencarral-El Pardo, pero la Policía Judicial investiga ya sus tuits por si fueran constitutivos de delito, mientras que por su parte el sindicato “Manos Limpias” ha presentado denuncia por considerar que los tuits del concejal son xenófobos y atentan contra la dignidad de las personas.
Pero, el caso no sólo es cuestión judicial, ni debe circunscribirse –como intentan él y sus amigos- al ámbito de la Cultura; es también cuestión política, hasta tal punto que los demás grupos políticos han de exigirle al concejal que se vaya, "invitarlo a marcharse" –por el buen nombre del ayuntamiento- y la buena convivencia; en caso contrario, si no se va, el partido –el psoé- que sustenta al equipo de Gobierno está obligado a romper su pacto con Ahora Madrid/Podemos. La ciudadanía se lo reconocería; de lo contrario, no se lo perdonará. Y ya ha visto el señor Carmona, ni una palabra de condena por parte de elBarredor.
Ya sabemos que mucho no íbamos a ganar con la siguiente de la lista, caso de que Zapata renunciara a su acta de concejal. Alba López Mendiola, la número 21 de la lista, se define como “bollera, camionera, desviada, leñadora y feminazi”. Eso y otras lindezas figuraban en su cuenta de twitter -que ya se ha apresurado a cerrar-, como “Emilio Botín no debería haber muerto tranquilito en la cama, sino en la calle o colgado" o En 10 años el machismo ha matado a más personas que ETA en toda su historia, y no veo a UPyD ni al PP tirarse de los pelos"; en un rifirrafe en la misma red social le decía a su interlocutor: "Sí, pero bien, bien enterradito, donde ni los gusanos quieran acercarse a ti. El domingo nos vemos, si sales de casa". ¡Mecachis, cualquiera sale a pasear, amiga! No sé si decir, en este caso, que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
De hecho, vamos conociendo a los integrantes de la lista de Carmena, y acaso ella también, a la vez que nosotros, como el líder de la oposición, Miguel Carmona. Porque es que al número dos de la alcaldesa, Ignacio Murgi –el gran conseguidor de subvenciones-, el diario “El Mundo” lo sitúa cercano a Batasuna y “a las marcas electorales del mundo proetarra”. Por su parte, otro concejal, el de Economía, Carlos Sánchez, va a tener que pagar una multa por asistir este mismo domingo a un acto, celebrado en la calle, pero que no estaba autorizado por la Delegación del Gobierno. Pero, es que fíjense, esta gente se cree que la calle es suya; y no, hombre, no. Como le ocurre al también concejal de Participación Ciudadana, Pablo Sotos, que decía en un tuit que había que decapitar al exministro Gallardón. Seguro que con ganas se quedó de colocar el cadalso en la mismísima Puerta del Sol. ¡Y no es eso, no es eso!
En fin, qué veremos. Por lo que ya se ha ido destapando, algunos ya están muertos de miedo, como dicen los integrantes de la Comunidad Judía de Madrid, por la deriva antisemita, alentada ahora con los comunicados tuiteros del concejal “podemita”, que no renuncia a su escaño, después de haberse mofado de ellos. Y la que también ha dicho haber pasado verdadero miedo ha sido la portavoz de CiudadanosKeim, Begoña Villacís, que cuando salía del Pleno fue increpada y acosada por unos ciudadanos que le decían: “te mereces la guillotina y la horca”. No una cosa o la otra, las dos, para que quedara claro; luego gritaban: ¡Sí se puede, sí se puede! Eso sí que nos suena, y se identifica. Ya digo: ¡La calle es suya! La concejala tuvo que ser protegida por la policía. Como ese sea el camino, aviados estamos.

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