El sexo de los concejalas

Estos dos concejalas sí que saben. Ni les ha hecho falta acudir al cirujano para cambiar de sexo ni han tenido que modificar su estatus civil. Más aún, ni se habían enterado de ello ni sus propias familias ni los más allegados. Tampoco les ha costado ni un euro, ni a ellos ni a nosotros. Con una intervención rápida -aunque algo confusa- y sencilla han mutado de lo masculino a lo femenino en menos que canta un gallo. Si ellas no lo hubieran dicho, todo seguiría igual.

Algo ha cambiado, y no, precisamente en Dinamarca. El pueblo asturiano de Corvera se acostó con una Corporación normal y se despertó con dos concejalas, a las que habían votado como “concejalos”. Rogelio Crespo y Luz María Bulnes –no sé, verdaderamente, si el nombre de Luz, en este caso, es masculino o femenino- se pusieron un buen día los calzoncillos de al revés y decidieron que ya está bien de hombres, por lo que. a partir de su transformación, sus intervencionas y comunicadas públicas las harán en femenina en protesta y contra el leguaja sexista. Lo que no han dicho, quizá porque nadie se lo haya preguntado, es si a partir de ese momento “calzan” los calzoncillos con lo “nicotinado” para fuera o para dentro o si se han inclinado más bien por las bragas -aunque sean de esparto, para mayor reivindicación-, con lo que a partir de ahora tendrán que cargar por el centro.

Estos dos “podemitas” -nosotras, como dicen elloas- justifican su postura -digamos más bien su actituda en que “el lenguaje no sexista también tiene en ocasiones connotaciones”. Eso, para que nos vayamos enterando, y si no ha quedado claro para alguna entendedera cortita, pues abundan en la explicación: “muchas veces hablamos de trabajadoras y trabajadores, pero se dice empresarios y no empresarias". Con esto, ya sí, que sí, que comprendido. Y más sabiendo que tienen un plan, o una hoja de ruta que dirían elloas, y que no han ocultado, tal cual es dirigirse a los sus vecinos del su concejo como “vecinas” y “corveranas”. En este caso, la realidad supera a la ficción. ¡Vaya pedrada! Pero, como ocurre en muchas ocasiones, no hay mal que por bien no venga, y así el cantinero “meta que meta” a escanciar de la sidrina.

El que tampoco la hilaba muy fino ayer fue el también “podemita” Echenique, el que siempre hace la oposición -pero, luego no- a todo lo que dice y propone elBarredor. Estaba más que satisfecho del resultado de las “primarias” en su partido para elección del candidato a La Moncloa. ¡Salió candidato: Pablo Iglesias! Con el noventa por ciento de los votos, pero con el quince por ciento de participación de los círculos, de los concéntricos y de los de la cuadratura del círculo. Eso si, todos contentos y satisfechos, aunque el futuro presidente no se dejó ver.

Pero remató el día elEchenique tratando de justificar a la alcaldesa de Barcelona por quitar el busto del Rey Juan Carlos I de la sala de plenos de la Corporación. Está convencido elEchenique de que desde Madrid no se puede ordenar cómo decorar el Ayuntamiento. Es que no se da cuenta, sabe o ignora este buen hombre que el que se pueda llamar la Casa Consistorial no quiere decir que sea la casa de laColau; que no es eso, que no es su casa particular. A ver si se entera elEchenique -y de paso la alcaldesa barcelonesa- que hay unas normas y unas leyes, que hay que obedecer. No es por nada, sólo por si no se ha dado cuenta.

Otra chorrada del día nos llega allende los mares. El presidente venezolano, ElGorilados considera inadmisible que la "ultraderecha" española quiera marcar el rumbo a Venezuela, en alusión a los senadores españoles que visitan ese país invitados por la oposición. Todo lo que llega a Venezuela desde España es para él "vomitivo". Bueno, puede que no todo. Puede.