La lealtad, primero con España

Igualico que cuando nos marean los de Facebook, así son ahora amigos la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el delincuente Arturo Mas, presidente de la Generalidad de Cataluña. Esta mañana se reunieron ambos, entre ellos. No vean qué contenta salía laColau, y con unos cuantos milloncejos, ala, bajo la sobaquera, que le cayó bien al delincuente. Para la próxima, más; porque no sabe qué hacer el secesionista con tanto dinero como le llega de la Administración Central. Sólo es cuestión de hacerse el "longuis", algo así como que uno es huérfano y no conoce a su madre, para que desde Madrid llueva café en Cataluña.

LaColau, que ya había dejado la comida hecha y recogidos los cacharros de la cena, decidió que era la hora de visitar al delincuente, quien no se esperaba lo que ya llevaba urdido la buena señora: apoyo a la manifestación del Día 11 de septiembre, aunque no se sabe hasta dónde, con enseñar las enaguas, de momento, vale; solidaridad, con el delincuente porque un Estado con una "democracia deteriorada" no les deja decidir; y, sobre todo, lealtad institucional de parte del Ayuntamiento que preside para la Generalidad catalana, porque hay otras generalidades, no vayamos a confundir.

La "podemita" se lo montó bien. En recompensa se lleva cincuenta y cinco millones de euros, veinte más que la deuda real que mantenía la Generalidad con el Ayuntamiento. Total -¡qué más da!-, si no sale de un bolsillo del pantalón sale del otro, es decir del Estado español, que hoy, precisamente, hoy, este Estado le ha insuflado otros mil ochocientos sesenta y un millones de euros para lo que el delincuente guste gastar. Esto es como el maná, no se sabe de dónde viene, pero llega.

Esta alcaldesa, futura "delincuenta" -lo dijo ella, que cumpliría las leyes que le vinieran en gana-, ignora, por ignorante, que vive en un Estado, que se llama España, en el que viven muchos millones de españoles copropietarios de todo el terreno español y que ni ella, ni su ahora amigo el delincuente nos pueden quitar el derecho a decidir a nosotros y menos para robarnos nuestras propiedades. A laColau no le enseñaron que amigos somos, pero que las vacas por lo que valen. Tan ensimismada está la mujer que no se da cuenta de que la única democracia deteriorada es la suya propia y la de los que como ella quieren privarnos a todos los españoles de la libertad de decidir y que su primera lealtad tiene que ser con el Estado. Que es que una cosa es predicar y la otra dar trigo. ¡"Jiuston", estos se van a encontrar con un problema, y si no al tiempo!

Pero, miren, que cuando la cabra está por dar leche, la da hasta por los cuernos. No le basta al Gobierno de Rajoy con favorecer a Cataluña -por encima de las demás autonomías- con más de 1.800 millones de euros, sino que también regla dinero a espuertas a todo aquel que se muestra -y lo demuestra- díscolo con España. Como es el caso de las subvenciones a la señora Passola, que dicho así, pues, no suena a nada. El caso es que el ministerio de Cultura le ha concedido una subvención a fondo perdido de casi seiscientos mil euros para una película que quiere hacer, mientras que TVE ya le ha comprado los derechos de emisión por un importe de ochocientos mil euros.

La tal Passola es la presidenta de la Academia Catalana del Cine y autora de un documental -L´Endemá-, donde pone a España, frente a Cataluña, a caer de un burro. En este documental lo que prima son datos falsos y mentiras, en contra de España y a favor de Cataluña. La película que va a subvencionar el Estado español tratará de la Guerra Civil. Ya nos podemos imaginar el resultado, y con nuestro dinero, y sepan que esta subvención de Cultura es la mayor concedida este año a un proyecto cinematográfico. Puestos a eso, también yo quiero publicar un libro, de a gratis.

Por lo demás, y dentro de las estupideces, destaquemos hoy que el líder del pesoé -¿Pedroqué?- ha prometido para cuando sea presidente del Gobierno de España que introducirá reformas en el Código Penal contra la corrupción. Da la casualidad de que lo que promete ya se recoge en la reforma del Código Penal que entró en vigor, casualmente, el primer día del actual mes de julio, de 2015. No es por nada, pero pretende ser el presidente de España.