PSOE, populista; Podemos, radical

El señor presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, está convencido, pero oigan que convencido del todo, de que no habrá elecciones plebiscitarias en Cataluña el 27S, como tampoco hubo referéndum el 9N. Considera Rajoy que su Gobierno ha realizado "los deberes", aunque existen otros riesgos para España, además del pulso rupturista del delincuente catalán Arturo -lo de delincuente es mío, me lo pido-, como son el radicalismo de los emergentes "podemitas" y el populismo del pesoé de ¿Pedroqué?, para más señas, apellidado Sánchez.

Bueno, bueno, bueno, el que el "presi" español haga saber que las elecciones del 27S en Cataluña son sólo unas elecciones autonómicas y que si el delincuente Mas pretende que sean plebiscitarias se encontrará en frente con la fuerza de la Ley y con la Ley también, vale, nos lo creemos, el pulpo como animal de compañía o los perros y los gatos como ciudadanos no humanos. Ya digo que vale, que sí, que bien, que todos tranquilos, aunque ya se verá.

El que nos diga el "presi" español que no hubo referéndum el 9N, vamos hombre, un pan como unas obleas de pan de ángel. Si es que lo vimos todos, que no somos tontos, y no nos hace falta ir a comparar a MediaMark. Siento lo de la publicidad gratuita, pero es que, leche, ya cabrea. Otra cosa muy distinta es que califique el plebiscito de patochada, y que no sirvió para nada; ahí sí, ahí podemos estar de acuerdo o no, pero que se celebró, no se puede negar, por más que digan los tribunales que ese día no existió. De hecho, los tribunales catalanes, incluido el fiscal -defensor de la ciudadanía, que en este caso está ausente, algo similar al fiscal del caso de la "podemita" Tania Sánchez en su deposición ante la jueza de Arganda- han retrasado pronunciarse sobre la inhabilitación del delincuente Arturo Mas y dos de sus consejeros, autores e instigadores confesos de la susodicha consulta.

También, como decía, cierto que no sirvió para nada, aunque sí costó una "pasta". Una de las acusaciones contra el delincuente se basa en la malversación de fondos para la su celebración. Para estos catalanes, lo mismo les da que les da igual que estemos en la época de las perras -no confundir con las ciudadanas no humanas-, de los duros o de los euros. La "pela" es la "pela", y se la cuelan al "presi" español un día sí y otro también. Ya ayer, y por encima de las demás autonomías, le choricearon otros mil ochocientos millones de euros a fondo perdido, que vaya usted a saber para qué los van a utilizar; perderse no se van a perder, no. Miren si saben administrar: de los 378 altos cargos de la administración catalana 239 gana más que el propio Rajoy, entre ellos el delincuente, que cobra 136.835 euros al año, un 75% más que Rajoy; los consejeros se llevan a la saca 103.176 euros al año, el 50% más que los ministros de Rajoy; los directores generales de esa autonomía perciben el 23% más que los de Rajoy, mientras que los directores generales es el 54% más que sus homólogos de Rajoy; y así todos los altos cargos, hasta el juez Vidal -el que redactaba la Constitución Catalana, mientras cobraba de la Administración de Justicia- ahora nombrado algo de Cataluña, que se lleva para su casa 84.087 euros. Que ustedes lo digieran, si es que les es posible.

En fin, decíamos que elRajoy está convencido de que España tenía además de los planes del delincuente, otros riesgos, como el radicalismo de los "podemitas" y el populismo del "pesoé". Quizá no se equivoque con los nuevos adjetivos que le atribuye a cada uno de los citados. Larga campaña nos espera.

De la chorrada del día, la del seleccionador nacional, de España, de fútbol. El marqués Vicente del Bosque considera "desproporcionada" la sanción propuesta por los "acongojaos" y bien "pagaos" de la Comisión Antiviolencia por la "pitada". No es de extrañar que diga lo que dice, cuando dice que Piqué es de su familia, de la suya de él. Eso que sólo es marqués -por obra y gracia del padre del actual Rey, que estaba en el mismo palco de honor que él ese día-, porque qué diría si fuera Rey. Para chochos, los de Salamanca.