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martes, 7 de julio de 2015

La maldad absoluta

Así, así, "La maldad absoluta", calificaba Ana María Vidal-Abarca, fundadora de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) las acciones de los terroristas asesinos de la banda mafiosa etarra. Así lo transmitió su hija en la entrega a título póstumo de la Medalla de la Orden del Mérito Constitucional. En los últimos tiempos, la homenajeada decía que se encontraba "escéptica y triste" al ver cómo se permitía a los asesinos tener presencia institucional. En este acto de ayer estaba presente el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy.

La hija de Ana María decía de su madre que se encontraba inquieta por "opacidades y presiones" y también dolorida por excarcelaciones de etarras tras condenas ridículas, a pesar de que se trata de "atroces asesinos en serie", que vulneraban las leyes por "pura debilidad política y por la falta de fe en la superioridad moral de la democracia española". No hace falta, ciertamente, decirlo más alto, porque se entiende perfectamente, y muy poco se equivocaba Ana María, porque estaba presagiando un futuro oscuro y temible y  terrible, como es la maldad absoluta.
El hecho de que cuarenta ayuntamientos de Navarra estén gobernados por estos desalmados de Bildu-ETA es un verdadero escándalo, de lo que parece que ya nadie , o muy pocos, se asustan. Es, miren ustedes, como si autores del Holocausto, los nazis estuvieran gobernando instituciones en Alemania. Impensable, allí; real, superando la peor de las pesadillas, aquí. La desidia de un Gobierno, el de Rajoy, que no ha sabido -o no ha querido- reaccionar para ilegalizar a esta gentuza y los pactos -ocultos, misteriosos- a los que Cetapé llegó con los asesinos tienen gran parte de la culpa. Y elBarredor de Pueden, Pablo Iglesias -que se ha formado en el botellón y en la quema de cajeros, que dice Félix de Azúa- les ha facilitado el salto, el encumbramiento, sin ningún tipo de vergüenza, sin rubor, es más insultando y denigrando a las víctimas asesinadas por ETA.
Ahora son estos de Bildu-ETA, saltándose a la torera las leyes, los que colocan la bandera de las provincias del Norte en el ayuntamiento de Pamplona, justificando la acción entre risas cínicas, su alcalde, por la llegada de invitados de ese símbolo. Puede ser éste el principio del fin de la Navarra Foral. Los Bilduetarras lo han celebrado a lo grande, con el "chupinazo" con el que se inauguran las fiestas de San Fermín, de las que se hacen eco cientos de medios de comunicación mundiales. A los navarros parece que esto no les ha afectado, porque siguen divirtiéndose o quizá no se atreven a expresarse, porque no tienen quien los defienda, porque tienen miedo.
El ministro de Interior, Fernández Díaz, con ese aire de bonachón, como que aquí no pasa nada, está convencido de que Bildu ha violado flagrantemente la Ley y los sentimientos navarros, que ya se ha denunciado el hecho para que actúe la Justicia y que, siendo el alcalde de Pamplona quien es, era fácil prever que esto sucediese. Pues, como siempre, el señor ministro nos ha tranquilizado: cuando la Ley actúe, ellos dirán que a buenas horas "mangas verdes", y nosotros pensaremos que si lo sabemos y no actuamos es que nos tienen cogidos por lo que los señores cargan a un lado de la pernera. Tenía la razón Ana María: escépticos y tristes.

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