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martes, 20 de octubre de 2015

Sánchez y su Estado laico

Que se lo ha creído Pedro Sánchez que todo va a quedar así, como si nada hubiera pasado. Se equivoca muy mucho y desconoce a su propio partido; bueno, en realidad desconoce mucho de todo. El fichaje de Irene Lozano ha hecho mucho daño. Ha sido una mujer que ha insultado al pesoé, y con ello a todos su militantes, que para otra cosa no, pero para eso son muy sentidos y no olvidan y tampoco perdonan. PedroQué? ha ninguneado a todos. Muchos se preguntan el porqué; las especulaciones son muchas y muy variadas. Se la tienen guardada, a ambos.

De momento, la cosa no pasa de ahí, porque los militantes socialistas son muy disciplinados, y en llegando época electoral repliegan velas y todos a una como los de Fuenteovejuna. Pero, no, no las lleva todas consigo el secretario general de los del "pesoé". Como no gane las elecciones el 20D -y las encuestas están diciendo que no- la que se va armar puede ser histórica, y miren que los socialistas las han tenido de armas tomar.
Por de pronto, su máxima rival en el partido, la andaluza, Susana Díaz, ya le hizo llegar de forma clara que no aceptaba bajo ningún concepto la "contratación" de la exupedeista Lozano. El rechazo de la presidenta andaluza fue solamente con gestos -llegó tardísimo a la reunión del Comité Federal-, pero a buen entendedor con pocas palabras -o con ninguna, como es el caso- bastan. Los socialistas norteños ni se dignaron en acudir a la reunión, pero sí quedaron patente que era en rechazo por el "dedazo" de PedroQué? en relación a la nueva inclusión en la lista de Madrid a las generales, que ni tan siquiera se ha afiliado al partido; luego, ni es militante, lo que no convence a la feligresía, pese a que el jefe diga que el partido está abierto a todo el mundo o que el partido no es patrimonio exclusivo de los militantes.
Otra voz discordante ha salido a través de las ondas. Fíjense si ha sentado mal la actuación de PedroQué? que hasta Rubalcaba -anterior secretario general del partido-, que habitualmente mantiene una postura discreta, no ha podido por menos de pedirle a la flamante candidata que tenga un gesto -aunque sólo se eso. por favor, un gesto para salvarla- hacia la militancia y que les pida perdón; sólo quiere que reconozca que el partido no ha sido corrupto, ni ahora ni nunca. A ver.
Mucho tendría que cambiar esta mujer, me refiero a Irene Lozano, o mucho las circunstancias, para que pida perdón. Ya acompañó a PedroQué? en el mitin del domingo, y como si nada. Lo más que adelantó es que entiende y comprende a los militantes socialistas, y que son tan beligerantes, como dice, como ella. Y nada más: punto en boca, que hasta aquí hemos llegado.
La presión que está sufriendo PedroQué? con la acogida que le ha dado a Irene Lozano es más fuerte que lo que se trasluce puertas afuera, porque nada nuevo ni bueno aporta al partido; es más, viene rebotada de otro partido -Upeidé-, que hasta agradece al ¨pesoé" habérsela quitado de encima, no sin que antes su anterior jefa, Rosa Díez, la haya puesto a caer de un burro, y se haya demostrado que no renunció a su acta de diputada hasta que tuvo bien amarrado el puesto en la lista ¨pesoísta" por Madrid, y después de más de media hora. Por eso, ahora PedroQué? eleva cortinas de humo para que el asunto se tape;  ahora, el socialista, quiere un Estado laico y quiere quitar en las escuelas la asignatura de Religión. Esto es su cortina de humo: mañana, Dios dirá.

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