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sábado, 21 de noviembre de 2015

El desmadre del "cupo" vasco

Iba siendo más que hora de que el Gobierno de España plantara sus reales en Cataluña. Ya estaba bien de regalarle "pasta" al delincuente para que encima -digan lo que digan, los demás- se las gastara el delincuente Arturo Mas en golosinas. Estos tres mil millones de euritos que le llegarán ahora a los catalanes, a los ciudadanos españoles de esa región de España, van a tener un control necesario. Algunos lo han calificado de "intervención" de la autonomía; a muchos nos da exactamente igual cómo le se quiera llamar, lo importante es que sepamos adónde se va ese dinero.

Es que euro a euro ya son muchos los miles de millones -que salen de las arcas de Hacienda, es decir de todos los españoles-, para que encima un delincuente secesionista y golpista -algunos, por muchísimo menos, llevan ya tiempo penando- se lo gaste en lo que le viene en gana y deje a los ciudadanos desabastecidos, como puede ser el caso de las farmacias.
Pues, no, mire usted, que aquellos como los de aquí -mal que nos pese la actitud de unos cuantos- no tienen la culpa y los están dejando sin servicios públicos esenciales y necesarios. Así que, que no se escape ni un euro. Lo extraño es que hasta ahora no se haya adoptado este rígido control. ¡Si es que es de cajón, coño, que ya lo habíamos pedido en innumerables ocasiones! Que ya está bien de madrugar y de tener que comernos el almuerzo en el coche, como quien dice a escondidas, para que este chorizo haga de su capa un sayo, a plena luz del día y sin que nadie le diga nada. !A ver si es que también hay que decirle algo al que no le dice nada!
Parece que a los demás partidos políticos en liza, digo en precampaña electoral, no les ha parecido nada mal esta medida; al menos, se lo callan. A estas alturas, a menos de un mes de las elecciones generales del 20D, no quieren dar oídos a sordos, porque, a lo que parece, en Cataluña está ya todo el pescado vendido y excusan de marear más la perdiz. Lo que les importa a partir de ahora es España, menos Cataluña. Es decir, todo lo demás, los votos de los otros españoles, porque, ya digo, en la futura República ya saben todos lo que van a obtener.
Por esa razón, los partidos políticos, los "viejos" y los "emergentes" -estos dos últimos han aprendido pronto la lección, las mañas- evitan posicionarse -repito, posicionarse- de manera clara sobre muchas asuntos que nos interesa saber a los que no hemos hecho de la política una profesión: sobre si iremos o no a la guerra, si destaparán el corcho de la botella de la Constitución, si se apoya o no lo que algunos llaman el "derecho a decidir", si tendremos aumento de salario mínimo. En fin, y otras cosas más. Todos, como moscas, revolotean alrededor, pese al hedor, pero no se posan.
Lo que hasta el momento ninguno de ellos ha entrado al trapo es a la financiación especialísima de la que disfrutan el País Vasco y Navarra, que se quedan con cuatro mil millones -el "Cupo"-, más de euros al año -2.500 y 1.500, respectivamente- de los que en realidad les corresponde. ¡Tan sangrante como lo de Cataluña! Una bicoca, que para nosotros querríamos en cualquier otra comunidad autónoma. Pues, como digo, nadie ha metido mano en el asunto. Después, ya será tarde, porque estos también aspiran a la independencia, aunque, de momento, están a verlas venir, hasta ver qué pasa con lo de la República. Pero, no se van a quedar quietos; tarde o temprano, se harán oír. Pese a los bomboncitos. Cuestión de tiempo.

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