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sábado, 28 de noviembre de 2015

¡No a la guerra! Pero menos

Ahí lo tienen, ahí está, con todo el cuerpo presente, el gran elKichi. Ese y no otro, junto con su inseparable Teresa Rodríguez, fue el gran personaje, la gran estrella de la manifestación callejera contra el ¡No a la guerra! esta mañana en Madrid, a las puertas del Museo Reina Sofía, en Atocha. Se han lucido. No han asistido ni mil personas. Los organizadores, ya se sabe, siempre exageran algo, y no daban ni una cifra superior a cinco mil personas: Vamos que al ser domingo, no se sabía si había más manifestantes o gente en la cola para entrar al Museo.
No se equivocaban los cronistas de "El País" y de "El Mundo" -digitales- cuando afirmaban que eran cientos los manifestantes, claro; cientos pueden ser doscientos o trescientos. Pero ninguno de los dos periódicos se atrevió a asegurar que, al menos, hubiera mil manifestantes, porque, ciertamente, no los había. Pese a todo, los dos periódicos dejaban entrever que la manifestación-concentración había sido un total éxito. Bueno, pues allá ellos y los síndromes de estocolmo de sus periodistas. Así les va a ellos, a los periódicos ambos dos.
La concentración, convocada por el colectivo "No en nuestro nombre" lanzó, o tiró, vayan ustedes a saber, un manifiesto en contra de la guerra -¡No a la guerra!-, que debía referirse a todas las guerras del mundo, desde su creación, incluida, por supuesto, la de Irak de 2003, "paque" no se olvide ni siquiera un momento -así no había equivocación posible-, contra la violencia, contra los ataques de Francia a Siria, contra los terroristas, contra la islamofobia, contra las "chuches". En resumidas cuentas, ya de puestos, y aprovechando la ocasión de que el Pisuerga no pasaba por allí, contra todo. Y, si alguien se mueve de aquí a aquella farola, pues también.
Así de finos estaban los alcaldes del cambio. Sólo asistió uno, ya digo, elKichi, que ya que la su novia, laTere, estaba encaprichada con tomarse unos "bocatas" de los famosos de calamares de los bares de Atocha, se llegó hasta allí, y así saludaba al personal homónimo: las alcaldesas de Madrid y Barcelona, laseñáManuela y laColau, respectivamente -ambas dos del club de la bata guateada y las zapatillas de pompón-, Pedro Santisteve y Julio Ferreiro. Pero, héte aquí que ante la ausencia de todos ellos -¡sorpresa!- el Kichi, el alcalde de Cádiz, el inefable, se convirtió sin querer -queriendo- en el personaje político más relevante del sitio. Porque tampoco acudieron a la cita ni el jefe de los "podemitas", elBarredor -que estar pendiente de decisiones del su "Consejo de la Paz"-, ni Alberto Garzón, el infiltrado "podemita" en las filas de los izquierdistas unidos. Sí que elBarredor y elGarzón habían apoyado el manifiesto, pero una cosa es la adhesión al mismo y otra acudir al lugar de los hechos, en un domingo, y por la mañana. ¡A quién se le ocurre!
Pero, más sorpresa se llevó "entavía", cuando sus ilusiones de sacarse "selfies" con los actores y presentadores de moda entre los de la izquierda se vieron truncadas. Allí no estaban los "telectuales" Bardem, ni el hijo ni la madre que lo parió, ni Aitana Sánchez Gijón, ni Enma Suárez ni otros muchos "actores y actoras", que dieron su sí al manifiesto y apoyo a la concentración, pero, hombre, eso otro día, pero no un domingo, ya digo. Tampoco asistió al acto el autodenominado "Gran Wyoming" -no se cobraba por asistencia-, que junto con el gran Viyi Toledo podrían haber dado compañía a elKichi, uno de cada lado del alcalde. ¡Una pena! A lo de los periódicos, me refiero.


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