Domingo de Resurrección

Sábado de Gloria, ayer; Domingo de Resurrección, hoy. Que tenía que haber sido antes, si el presidente del Gobierno en funciones de España, Mariano Rajoy, hubiera actuado antes y con consenso. Lo tópico y típico, que más vale tarde que nunca. El presidente Rajoy fue claro y conciso, y hablaba con la aquiescencia del líder del PSOE, Pedro Sánchez, y de Ciudadanos, Alberto Rivera. El que parece que no apareció -era lo esperable, que estuviera ilocalizable- fue el jefe de los "podemitas", elBarredor, el partidario de romper España, el amigo de los terroristas etarras y el que no firmó el Pacto Antiyihadista.

Por si no lo tenían claro los secesionistas catalanes -también los antisistema, que han traicionado a sus votantes y a todas sus ideas e ideales, incluido el de picadura-, pues eso que "quietos paraos", que se la están jugando, sin descartar, por supuesto, la suspensión de la autonomía. El Tribunal Constitucional ya dictaminó. Toca el turno a la España unida que jamás será vencida: Partido Popular, Partido Socialista Obrero Español y Ciudadanos. Una alianza de gente civilizada, que tiene que cristalizar, obligatoriamente, a nivel de Estado.

Porque España es España y lo demás un esperpento, como al que nos tienen acostumbrados los independentistas, secesionistas o traidores -como se les quiera denominar- catalanes, que se creen y que quieren hacer creer que tienen la mayoría a su favor. ¡Cuanto se equivocan! No tienen la mayoría en la región catalana, cuanto menos en el país, en el único país que es España, para que lo sepa el republicano Junqueras, que anda escondido "comounputas", el listo.

Pero, como era lo esperado, y siguiendo las indicaciones del delincuente Arturo Mas, el nuevo presidente de la región catalana, Carlos Puigdemont -elPájaroEspanta del delincuente- a lo suyo. Lo primero que hizo fue ofrecerse como el guía en el proceso para la declaración de la independencia y dejarse "la piel" en ello, "sin cobardías". ¡Menudo valiente! Si eso no se puede hacer con esa pinta de los años sesenta; sólo le faltaron los pantalones "acampanaos" y la corbata un poco más ancha. En fin, el exalcalde -mañana- de Gerona, provinciano, al fin y al cabo, abocado a ser el héroe de la independencia de 1808, que ya tiene previsto -y bien premeditado- echar de la región catalana a los invasores. A partir de ya, todo aquel que no sea secesionista en Cataluña, habrá de cerrar el puño para no ser descubierto y, por consiguiente, represaliado, como lo están siendo desde hace tiempo todos aquellos que además de catalán se sienten españoles en su región.

Si es que no sólo hay que ser la mujer del César, sino también aparentarlo. Abro un paréntesis para aclaración a los independentistas: lo de la mujer del César no quiere decir que vaya a ir una mujer de un César a Cataluña, sino que es una metáfora. Cierro el paréntesis. Y a lo que íbamos. Que los de "Juntos por el sí" pacten con los guarrillos de las CUP es tan increíble como que un musulmán coma jamón en una mezquita. Pero, ya lo ven, ahí están. ¡Bailémoslos! Lo que puede salir de eso es algo imprevisible, un "apocalipsisnao".

Y, como siempre, dando el cante -porque la pesebrera ya se ve con el cocido asegurado-, la presidenta del Parlamento regional, laForcadell -dicho sea de paso "miembra" del Club de las batas guateadas y zapatillas de pompón, con laseñáManuela y laColau-, pero no se crean ustedes que porque cerró el Pleno de investidura de elPájaroEspanta con un !Viva Cataluña Libre! No, sino porque tenía un pelo que daba asquito verla.