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lunes, 22 de febrero de 2016

Los humores del fiscal

Esto de las justicias no hay quien lo entienda. Con el podem(k)ita Zapata, el del ayuntamiento de Madrid, parece que quieren finiquitar, de una vez por todas, con el cierre en falso del su caso. O lo que es lo mismo, que no quieren que se siente en el banquillo, que miren, que la ciudad puede estar echa para él, pero los banquillos no, que es un hombre muy grande, me refiero a su corpachón, no nos equivoquemos. Desde que comenzó a judicializarse el asunto de sus tuites, si no hay un "carpetazo"´, es más que probable que hubiera juicio oral, pero hasta pasados unos años; no hay priesa.
Una vez conocidos los tuites, "Dignidad y Justicia" se querelló contra el concejal, porque los consideró ofensivos para las víctimas del terrorismo de la banda asesina etarra, al decir que Irene Villa pretendía buscar recambios en el cementerio de Alcáser, donde están enterradas las tres niñas asesinadas. También explicaba el concejal Zapata qué hacer con cinco millones de judíos, con aquello del cenicero del Seiscientos, el de la carreta nacional es tuya. El juez Pedraz -otra vez este juez; nos empieza a recordar a Garzón, el exjuez- lo llamó a declarar, pero como si no, porque por donde entró salió y con caso resuelto. Para el superjuez Pedraz, sólo había en todo ello el ejercicio de la libertad de expresión y, si acaso, un poco de mal gusto y que Irene Villa no se había sentido ofendida, con lo cual pongámonos el mundo por montera, que bastante carrete se le ha dado al Seiscientos.
La Sala correspondiente de la Audiencia Nacional le dijo a Pedraz que muy mal hecho, que así no se obraba, hombre, que tenía que reabrir el caso Zapata. Y va y lo abre, como le han mandado; ahí está, para el que quiera algo de el, a los pies de los caballos, que donde hay patrón no manda marinero. Entre tanto, el concejal "podem(k)ita a lo suyo, cogiendo poder con avaricia -que dicen que es el que manda en aquella jaula de grillos de laseñáManuela- y haciendo obras de caridad con su exnovia, a ver si se arregla con cincuenta mil euritos al año, que paga el contribuyente, que el dinero público no es de nadie.
¡Anda que no ha llovido desde entonces! Ha habido tanta humedad, que hasta se han aflojado algunos cerebros. Porque el fiscal -Vicente González Mota- que antes rabiaba porque el juez Pedraz archivaba el caso, resulta que es ahora el que pide que sí, que se le dé cerrojazo a la causa, porque de la conducta de Zapata no se puede desprender voluntad de ofender a las víctimas del terrorismo; es decir, que de las actuaciones del podem(k)ita no se puede concluir tamaña afrenta.
No se da cuenta el señor fiscal -con perdón y sin ánimo de ofender- de que aquí no se dilucida si el concejal Zapata es un "buen chaval" -que no digo que no, se le supone-, sino que por lo que se le tiene que juzgar es por los tuites. Parece que antes sí lo entendía el fiscal; ahora, no, dicho sea con todo respeto. Pero, dicho esto -como gusta expresarse a los políticos y que queda bien a veces- el fiscal recurre a la tan manida expresión de la libertad de expresión. Para esto, nos habíamos quedado en casa, nos habíamos ahorrado tinta, malos humores y, lo que habría sido mejor, el dinero. Conclusión, que digan lo que digan y hagan lo que hagan, todo confluye en la libertad de expresión, para ellos, quiero decir también para laRita, la asaltacapillas. Ahora que mejor se había molestado el ministerio fiscal, para que se entienda mejor, el fiscal Mota, en buscar jurisprudencia al respecto, que la hay y condenatoria. Si no le apetece, que no lo haga; allá él con su conciencia y su libertad de expresión.

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