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sábado, 6 de febrero de 2016

Madrid, capital de ETA

Tarde o temprano tenía que pasar. Manuela Carmena, más familiarmente conocida por laseñáManuela, convirtió ayer la capital de Reino en la capital de ETA. La afición por la banda mafiosa y asesina etarra le viene desde lejos a la podemita regidora del ayuntamiento de Madrid, tanto que se sitúa en cuando ella, la misma, fue -¡anda que no ha llovido!- jueza de Vigilancia Penitenciaria. Por la mínima concedía permisos ordinarios y extraordinarios a los asesinos etarras. Fue famosa en su tiempo -ya digo, que ya llovió- por esto y por instruir de forma garrafal todos los casos que caían en sus fauces.

Después de la desastrosa Cabalgata de Reyes que nos plantó y de armarla con las placas conmemorativas de los carmelitas asesinados en la Guerra Civil -no hablamos, de momento, de lo de Wanda-, nos regala con unos Carnavales de demencia. Tanto, tanto que dos "perroflautas" fueron detenidos por la policía por presunto enaltecimiento del terrorismo.
Sólo a la concejalía de Cultura y Deportes se le ocurre contratar a unos titiriteros del guiñol para representar la obra "La bruja y don Cristóbal", el Polichinela. Pues, que nada, que estos, ni cortos ni perezosos, montaron el escenario en una plazoleta del distrito de Tetuán y cuando los niños estuvieron dispuestos, zas, les sacan una pancarta en la que se leía "Gora ETA". Tal cual. Pero no sólo eso, no. Padres y niños no daban crédito a lo que veían sus ojos, en la representación con los muñecos: jueces y banqueros en la horca, embarazadas apuñaladas y la instigación a los espectadores -niños de entre tres y seis años-, a que "okuparan" las casas vacías.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) va a querellarse contra el ayuntamiento y la compañía de títeres-payasos, y pide depuraciones políticas. Por su parte la oposición en la Corporación -tanto pesoístas como peperos- se las han jurado a la concejala responsable. No es por casualidad, la podemita se llama Celia Mayer, la misma que viste y calza, la que ordenó destruir la placa conmemorativa de la muerte de los jóvenes carmelitas, como quien dice hace dos días. Ni dimitió ni la obligaron a dimitir los de la oposición. Como si nada hubiera pasado. Pues, ahí tienen el arrepentimiento: más de lo mismo, y, si no querían caldo, dos tazas bien calientes.
También imaginamos que el fiscal Tutelar de Menores, al igual que hizo con Rivera por la foto en la que se le veía toreando con su bebé en brazos, no habrá dormido esta noche para tener preparada la acusación contra la concejala y el ayuntamiento de Madrid, independientemente de las actuaciones políticas que contra el ente y la "enta" se puedan emprender.
Resulta curiosa la querencia que los podemitas tienen por los etarras. Su jefe, elBarredor, justifica políticamente -dice- la existencia de ETA y jamás ha condenado sus crímenes, mientras que el concejal Guillermo Zapata -podemita y exocupa de profesión, de quien dicen que es realmente el que manda en el ayuntamiento madrileño- se "pitorreaba" de Irene Villa y de la niñas asesinadas en Alcáser, en lo que decía el juez -valiente él, el juez- que sin importancia, que hay libertad de expresión, aderezada con unas gotas de humor negro.
Este sucedido de ayer en Madrid, con los titiriteros es algo muy grave, que no puede quedar impune, ni políticamente ni judicialmente. ¡A ver quién se moja! Es deleznable que laseñáManuela conceda a estos payasos hacer apología del terrorismo ante unos niños y que convierta Madrid -ciudad en la que estos asesinos han cometido verdaderas barbaridades sangrientas- en la capital etarra, aunque sea por un día. Alguien tiene que parar estos desmadres. Mañana puede que Madrid se convierta en la capital de Irán, o de Venezuela, o de Rusia y que se comience a erigir monumentos a Lenin, Stalin, al Ché -si es que no lo tiene ya- y a los hermanos Castro; a estos últimos por duplicado.

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