Todo empezó con su señoría el juez Pedraz

Aquí todo el monte es orégano y atamos los perros con longaniza. Gracias juez Andreu, con su señoría empezó todo, y con el otro. ¡Nos ha "amolao" este ahora! Es que dice que no es delito en la "pitada" al Himno Nacional en la final de la Copa del Rey del año pasado. Coñe, que se ponga gafas y utilice audífonos. Porque, vamos, vamos. Con esto de la moda de la libertad de expresión estamos que lo vertemos todo. Como su camarada Santiago Pedraz, me imagino que Santi, para los amigos, que sólo veía libertad de expresión en los tuites del podem(k)ita concejal de Madrid Guillermo Zapata.

Su señoría Andréu parece como que estuviera esperando recibir la causa del juzgado que la instruía en Barcelona, el número dos, por cierto, para acto seguido, archivar el caso. O sea que caso no hay, que no se mueva nadie, que esto no se investiga. Pues, pasen y vean, curiosamente, el que sí veía indicios de delito era el fiscal de Barcelona, tras la denuncia presentada por Manos Limpias, porque nadie más se movió, ni tan siquiera de oficio el propio fiscal.

Basa su señoría su dictamen o auto -digo yo- en que su compañero -¡tatatachán!- Santiago Pedraz -nos suena de algo- ya archivó otra causa similar por hechos idénticos producidos en esa ocasión en la final de la Copa del Rey en mayo de 2009. ¡Miren ustedes por dónde, el propio que viste y calza el juez Pedraz! Tan sólo hemos tenido, quiero decir visto y oído, un comportamiento "desagradable"; bueno, dos y, a partir de ahora, un chorreo continuo de "desagradables" y maleducados, porque dos jueces -sólo nos faltaba el amigo Garzón para el triunvirato- han decidido no pasar por la clínica Castroviejo. Piensan los jueces, ambos dos, que considerar esto un delito es como ponerle puertas al campo. Pues, sepan que sí, que en el campo hay puertas, vallas y cercados, y hay que respetarlos. Porque son del alguien, hay dueños, como del dinero público.

Contento estará el entrenador de la Selección Española de Fútbol, Vicente del Bosque, el duque, que presente en el palco presidencial del estadio del Campo Nuevo del Barcelona, jamás criticó esta actitud del público que pitó al Rey, al Himno de España y a los símbolos nacionales de España. Contento estará también el delincuente Arturo Más -que se descojonaba-, aposentado a la derecha del Rey. Contento estará el presidente de la Federación de Fútbol, creo que un tal Villar, pero sin las bolas, situado a la izquierda de Su Majestad. No sé si me explico. Su Alteza no lo estará tanto, digo contento ¡Qué le pasará al Rey! Tan sólo que en la próxima final le espera otro tanto de lo mismo. Y vamos a terminar haciendo de este acto -si antes no se han independizado los catalanes- un acto de exaltación nacional, pero de ellos, que además de pitar, y vistas las consecuencias, pueden empezar una quema de unas banderitas. Total, todo por el mismo precio.

Hacen bien los del Real Madrid en no ceder su campo para la celebración de la próxima final. Es que no quieren que se utilice su magnífico estadio Santiago Bernabéu -me imagino que no cometo delito por referirme al personaje con nombre y apellido- como caja de resonancia del independentismo. Me parece bien. Es más, quieren preservar su campo madridista de las salvajadas de los Boixos -los radicales del equipo catalán-, que en más una ocasión han causado en el Bernabéu cuantiosos destrozos. Y más todavía, los catalanes se negaron a prestar el su campo para una final entre el Zaragoza y el Real Madrid. Miren, que se busquen la vida o que se la arregle el de la Federación y el entrenador nacional.