El rebajón de Pedro Sánchez

Menuda faena le ha hecho elBarredor de los podem(K)itas, Pablo Manuel Iglesias, al jefe de laPesoé, elPedroQué. Pues, ni más ni menos que hoy había querido asistir a la cumbre socialista europea en Bruselas investido -aunque fuera como honoris causa- presidente  del Gobierno de España. Y de esta manera le ha tocado ir con lo puesto, es decir con los dos rechazos de la Cámara Baja, o si se quiere mejor del Congreso de los Diputados, como pone en su fachada. No le queda otro remedio que ir pidiendo favores -indulgencias plenarias, bulas- para que le echen una mano.

Es tanto el ansia que tiene este hombre por llegar a La Moncloa -que coja el autobús 82- que no va a parar hasta conseguirlo, caiga quien caiga y por encima o por debajo de los mandatos de su partido, el Comité Federal. Hasta por Bruselas anda diciendo por ahí que no es el presidente español -pero como si lo fuera-, porque un tal señor Iglesias -ahora lo llama señor- no ha querido y que a ver quién lo recomienda ante ese señor para que colabore en el empeño. No sabemos a estas horas lo que le habrá dicho el presidente de Grecia, Tsipras, la versión podem(K)ita de los griegos, invitado a la cumbre de los demócratacristianos, que no tienen nada que ver con el jugador de laRealMadrid. 

Dicen que el tal Tsipras es amigo de elBarredor, pese a la cobra con la que lo obsequió la última vez que se vieron en el Parlamento Europeo. Pero esto no le importa a elPedroQué, más preocupado por aposentarse en el palacio presidencial español que por el qué dirán de su rebajón. Hoy acude al griego; mañana, no lo duden y se hace falta, al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, o, si me apuran, al mismísimo Jomeini de turno en Irán. Todo lo que haga falta por un sofá en La Moncloa. Aunque, ojo, que los favores luego hay que pagarlos. Pero, hombre, si tanto tanto ansía que lo llamen presidente, que se presente a la elección del de la Escalera-A, que esos presidentes también mandan mucho; entre tanto, que se vaya arreglando, que alimente el mono.

¡Hay que ver! Porque parece que elBarredor no anda muy afectado por lo que vaya diciendo de él por Europa elPedroQué. Total, se van a reunir en unos días, en privado, sin laCelestina. Allí tendrá la ocasión elBarredor de cantarle las cuarenta en bastos y echarle hasta un órdago. De momento, bastante tiene con lo suyo. El su camarada Errejón, elSietemesino, se ha puesto de morros por haberle destituido al su amigo del alma, compañero, tan temprano, Sergio Pascual, y no quiere tomarse ni la sopa -¡Un añito, dos añitos y así sucesivamente!- y hasta ha vomitado el potito. LaBescansa y laIrene opinan que no es para tanto y sugieren algo así como que si no está a gusto y no sabe aguantar las faenas que se las pire. Y, miren, el se lo está pensando, elErrejón, porque ahora que hay fuerte marejada las ratas salen a pasear, y hasta ayer no las había visto por parte alguna y hoy están por doquier.

Y no hay peor ciego que el que no quiere ver, como el de los Cíus, Alberto Rivera, elAlberto, que ya parece un ciervo, por obra y gracia de elPedroQué, y dice -también a todo aquel que lo quiere oír-, que no passsa nada, que él sigue entrando bien por la puerta de casa, ajustando un poco hacia un lado y luego hacia otro y bajando de aquí y subiendo de allá. Pero, que bien, que sin problemas. 

Es algo así como lo que le sucede al presidente del Gobierno en funciones, elMaryJoy, que, igual que los otros, dice a todo el que lo quiere oír, que él desconocía, de todo desconocimiento, lo que estaba pasando con su partido en Valencia, como desconocía, hasta la campaña electoral, el trato que le daba a su persona laSexta teuve. Pero, él sigue, no sabe qué es lo que hace pero ahí está.

Pues, miren, que digan lo que quieran, siempre habrá quien los quiera escuchar. O no.