Jueves Santo, amor fraterno

La memez supina no podía salir de otro; además, dice elKichi que tiene una carrera; si él lo dice será verdad, pero le pasa lo que a la mujer del César, o sea que de donde no hay nada se puede sacar. Después de quedar en ridículo en  la celebración de un Pleno, donde una pareja le pedía un rinconcito donde dormir, porque se habían quedado sin casa, elKichi los mandó con viento fresco, porque decía no poder saltarse la Ley a la torera, cuando en la campaña juraba y prometía que todo "quisqui" tendría un techo bajo el cual dormir, y no se equivoca: el cielo raso para la pareja.

La kichillada semanasantera no podía faltar; además, se la tenía guardada a las hermandades gaditanas, porque no le quedó más remedio que concederles la subvención, tradicional y habitual de 124.000 euros -¡Menuda pasta gansa!-, que, al final, revierten en la ciudad. Como todos los dirigente podem(K)itas, elKichi es vengativo y ahora dice que no acudirá como alcalde al desfile del Nazareno -y eso que viste de "morao" el Cristo- y que no va y que no va como alcalde, que irá acompañando a su mamá -no a la Virgen-, a la suya natural. ¡Coño, que quiere ir como un ciudadano normal! De desagradecidos está el mundo lleno -éste, uno de ellos-, porque le concedieron la medalla corporativa de la Hermandad del Nazareno, pero ni por esas. Y como los hermanos, los de la Hermandad, consideraron que el sólo hecho de aceptarla era un milagro, elKichi se cogió un rebote y no fue a la comida con la que lo homenajeaban.

Pero, hay más. Es que se negó a llevarle a la cofradía del Cristo -que, en este caso, no es Sergio Pascual- el bastón de mando de la ciudad, es decir el bastón del alcalde, con el que habitualmente procesiona el Nazareno. La Hermandad tuvo que ir a buscarlo al ayuntamiento, el bastón, y colocarlo en la imagen a puerta cerrada. Y, para remate elKichi, ha prohibido a todos los concejales de todos los grupos que ocupen el palco que se reserva a la Corporación para que vean el desfile de manera preferente.

ElKichi es malo, muy malo. Se está comportando como un verdadero malvado -no quiero decir judío, por no ofender-, con los más de treinta mil cofrades que tiene la Hermandad del Nazareno, es decir con cada uno de cada cuatro gaditanos, como se dice, de manera directa; de manera indirecta, con prácticamente toda la ciudad, y eso que hoy es el Día del Amor Fraterno. Es que, como les digo, de donde no hay no se puede sacar. Eso sí, elKichi tiene una carrera.

Y, a la chita callando, la que no se queda para atrás es laseñáManuela, la ínclita alcaldesa podem(K)ita del ayuntamiento de Madrid. La integrante de la directiva del "Club de la bata guateada" y zapatillas de pompón, ha prohíbo a los "maceros" municipales que asistan a las procesiones de la capital. Punto en boca. Porque no están esos funcionarios para acompañar -y menos vestir- santos-, que ya tienen sus quehaceres cotidianos y se les iba a pagar más por menos. Al fin y al cabo, el arzobispo sabrá disculparla y perdonarla, llegado el momento. Así que a correr y a cantar, que el plus se acabó por este año, que hay que pagar el sueldo de la alcaldesa -el más alto de la historia- y los de los sus concejales, que, luego, deducirán impuestos haciendo donaciones a sus fundaciones y su cosas propias.