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sábado, 19 de marzo de 2016

Sábado de Lázaro

La musa de Luis María Ansón, la que se desnuda el torso para asaltar capillas, laRita del ayuntamiento de Madrid, laArrepentía y bien "pagá" concejala portavoza de laseñáManuela, pasó como pudo el Viernes de Dolores. Hoy, Sábado de Lázaro, estará más descansada y satisfecha, porque se pasó el trago arropada por los suyos podem(K)itas -como es costumbre, todos juntos y si hace falta como elefantes en cacharrería-, y, como la quieren y la admiran, no hay necesidad de dimitir. El código ético, como el cielo, puede esperar.
Nadie se ha rajado las vestiduras en el mundo podem(K)ita. Oigan, que ni una voz más alta que otra y, si acaso, para defender a lArrepentía, que dice que lo que dice lo dice de verdad, lo del arrepentimiento. Pero, ahí sigue, en el "aíto" de laseñáManuela, que es ella muy comprensiva -¡una madraza, vamos!-, que total cómo se pone el personal con la su niña por un quítame allá esas pajas. A lo hecho pecho, que ya la han juzgado y el cura ese de Madrid ya la tenía perdonada. Así de satisfecha se quedó la senil Manuela, que se piensa que sólo existen los que ella quiere que sean. ¡Cosas de la edad!
Los de laPesoé, ni eso. Los de Causapie, sustituta de Miguel Antonio Carmona -que no sabe si sigue buscando el mechero o la brújula- en la portavocía del "aíto" de la capital del Reino, es que ni mus, ni órdago, ni tan siquiera fueron a la chica. No hay como apoyar a otro partido y llevarse las bofetadas de a gratis, por favor y gracias, y que ahí nos las den todas. Al menos los peperos y los cíus le han pedido a lArrepentía que se aplique su propia medicina, o lo que viene a corresponder con su código ético, que, por cierto, está desparecido, el código, quiero decir, porque no lo hicieron los podem(K)itas para algo como lo de lArrepentía; y, como no lo hay, nada se le puede hacer, que siga donde está, que nada de eso interfiere en su labor de portavoza. ¡Así que pelillos a la mar!
Pero, bueno, ya que no se va porque ha sido procesada, juzgada y condenada por su tropelía en la capilla de la Complutense, al menos que diga Adios, por mentirosa. Porque desde el primer momento juraba y perjuraba que ella no había estado allí, que sería su gemela, digo yo; luego, que pasaba por allí, por casualidad, y la liaron, que no sabía a dónde iba, que ella estaba tomando cañas. Al final, que sí, que era ella la del torso descubierto, pero sólo por lucirse, por dar qué hablar a Luis María Ansón y al otro, un tal Amón. La mentira, en un cargo público, inadmisible, y ya sabe que se coge antes a un mentiroso que a un cojo.
Sí, sí, sonrójese lArrepentía -y comprendida por el arzobispo de Madrid y por algún que otro capellán- que motivos tiene para ello. Porque, vamos, ya por vergüenza torera, tenía que haberse ido a hacer bolillos en el momento mismo en que ascendió su papá en el escalafón funcionarial del "aíto". Eso es nepotismo en estado puro y duro, como el que ella y los suyos podem(K)itas restregaban por el fango a los de la casta.
Aquí ya no se trata de ideología ni leches, aquí lo que les cuenta es la moqueta, el poder y la pasta. ¡Cualquiera! Si es que la mayor parte de los suyos en el "aíto" no ha trabajado nunca en ninguna otra cosa -¡ya se les nota en la gestión!- y tienen una suculenta nómina, y otras prebendas, de las que quieren hacer creer al personal, que comparten haciendo donaciones. Pero, también mienten, porque al erario público no le ahorran un duro -lo contrario de lo que dijeron que iban a hacer-, sino que parte de esos sus sueldos lo destinan -en una mínima cuantía- a sufragar los gastos de sus entidades afines. Así cualquiera, repito.

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