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domingo, 24 de abril de 2016

De curas y dragones

Vaya, vaya, vaya con el obispo de Barcelona, Juan José Omella. Como quien dice, recién llegado a la ciudad condal y ya se le conoce como Joan Josep, así como que parece más de la tierra, que se identifica con ella, el aragonés. No si ya cuando el "padre coraje" se impuso en el Hospitalet y sacó la procesión a la calle con los antiguos Caballeros Legionarios, no se pronunció elJosep, cuando la alcaldesa de laPesoé insultaba al pobre cura y le pedía al nuevo obispo que le retirara el permiso y que poco menos que lo desterrara, ya ni tan siquiera que lo inhabilitara.
No se pronunció entonces el obispo Omella, ni para bien ni para mal, lo que se puede tomar como un apoyo a su "oveja", pero también como una reprimenda silenciosa, porque tampoco la defendió, a la su oveja. Pero, como por sus obras los conoceréis, que se dice así en la iglesia, nos veníamos barruntando que el nuevo obispo tenía por ahí un doblez, que no se dejaba ver él muy clarito.
Hasta ayer, día de San Jorge en Cataluña. como en toda España y mundo cristiano, según reza en el Calendario Zaragozano, Joan Josep se destapó. O sea, que salió del armario, en el buen sentido de la palabra, y se arrejuntó con los independentistas catalanes, los jefes de la secesión, no con el vulgo congregación. Para eso está, y tiene, al padre coraje y a los legionarios, ya jubilados ellos.
No quiso Joan Josep hacerle un feo a su predecesor en el cargo -¡Faltaría más, la jerarquía es la jerarquía y la antigüedad un grado-, por lo que le cedió el honor de la homilía -lo que conocemos como sermón- en la celebración de la Eucaristía -la misa-en la capilla de la Generalidad catalana. La ocasión la pintan calva, y el viejo obispo, Luis Martínez Sistach, aprovechó -debido a la confianza de muchos años junto a los políticos de por allí- para meterles una bulla, así como el que no hace la cosa, porque todavía Cataluña está donde está y no donde debería estar, por culpa de estos políticos que se encuentran muy distanciados y no pelean juntos por la independencia de su República catalana. Eso dijo el purpurado viejo.
La función religiosa sirvió para que, por primera vez, el nuevo obispo de Barcelona viera reunida a la plana mayor de la política de aquella región española. No había tenido otra ocasión, porque ninguno de los allí reunidos se dignó asistir al acto de toma de posesión del sucesor de elSístach. Así que el gesto del Josep de dejar el parlamento para el secesionista elSistach ha encantado a los políticos independentistas, que desde el primer momento recelaron del nuevo obispo que nació en Aragón. Pero, si ese gesto les agradó, no les digo ya nada más cuando, casi al final de la misa, mosén elJosep se refirió ante los secesionistas a "Cataluña como nación". Mejor se había callado, como cuando hizo para no defender al padre coraje. ElJosep se ha desorientado y ya no sabe que el Reino de Dios no es de este mundo y que hay que dar a Dios lo que es de Dios y a los españoles lo suyo. Bien sabe el pollo que así le irá mejor en esas tierras.
Y ello coincidió con la gilipollez del hijo del pastelero sobre los dragones que acechan Cataluña. ¡Qué culpa tendrán los pobres bichos! Pero que sepa que la gilipollez primigenia fue de su antecesor, el delincuente Arturo Mas, como no podía ser de otra manera, el año pasado. ElPájaroEspanata -dicho sea de paso, también delincuente- sólo añadió el calificativo de feroces. Ninguno de los dos se refirió a las doncellas. Pobres.

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